
Mucho se ha hablado, y en innumerables ocasiones, de los métodos y las maneras que ejerció Toni Nadal en el proceso formativo de su sobrino. Si Rafa Nadal ha llegado a ser el campeón que hoy día es, se debe en gran parte al aprendizaje que vivió junto a su tío, su mayor mentor y la persona que le inculcó muchos de los valores de los que hace gala Rafa tanto dentro como fuera de la pista. Alejado ya del equipo que viaja por el circuito con él, ahora Toni vuelca su trabajo en la formación de jóvenes talentos, ya sea centrándose en uno de ellos durante cierto tiempo (Auger-Aliassime) o monitoreando la progresión de las promesas de su Academia. En cualquier caso, cada vez que habla con los medios de comunicación deja muy clara cuál es su filosofía, aplicándola con ejemplos de lo que hizo junto a Rafa. En un podcast para CEU llamado 'Haciéndote Preguntas', Toni dejó varias reflexiones que merecen la pena ser leídas y escuchadas.
Actitud quejica, dentro y fuera de la pista
"Quejarse en la vida no te lleva a nada. Yo siempre le decía a Rafael: "no te quejes, porque no nos va a ayudar". Todos debemos hacer siempre todo lo posible para ganar, pero no me voy a quejar de las cosas que pasan alrededor. Creo que está muy mal quejarse, no te sirve ni te ayuda para nada, y, además, da un muy mal efecto".
Efecto de un entrenador sobre un tenista
"No es lo mismo ser entrenador en la etapa de formación que siendo parte de un jugador profesional en un deporte de élite. En la etapa formativa, la función del entrenador es fundamental: debe ser un educador por encima de todo, o intentar ayudar en la buena formación del jugador. El entrenador acompaña al jugador a donde él quiere ir. En el caso del tenis, yo no hubiera podido decidir por Rafa que acabase siendo un número uno si a él no le hubiese apetecido luchar. Creo que, si uno está dispuesto a aprender, mucha gente puede enseñarle muchas cosas. Una persona dispuesta a aprender sabe elegir y buscar ejemplos".
Una reflexión sobre la autoexigencia y dejar de luchar
"El momento de abandonar llega cuando tú pierdes la fé en tus posibilidades. En la vida uno siempre tiene que tener metas, objetivos e ilusiones, y no debe frustrarse por no conseguirlas. Uno debe ser lo suficientemente valiente para ver que, después de analizarme y ver que no soy lo suficientemente bueno, abordar otra cuestión. Yo también quise ser jugador de tenis, cuando tenía 20 años me analicé correctamente, vi que no sería lo suficientemente bueno y me dediqué a otra cosa, a entrenar. En la vida lo importante no es conseguir lo que te has propuesto: si lo asumes bien y lo has luchado, debes estar satisfecho. Por ejemplo, no por no ser jugador de tenis vas a ser un desgraciado. En la vida uno tiene que saber, tras un buen análisis, en qué tema tratar de ser feliz".
¿Se puede aprender de los fracasos?
"Creo que hay que aprender tanto de las victorias como de las derrotas, porque sabes que tanto una como otra son pasajeras. Yo nunca esperé que mi sobrino tuviera que perder para que estuviese dispuesto a mejorar. Como sabía que, aunque ganásemos, la derrota estaba cerca, intenté que tomara cosas positivas tanto como de las victorias como de las derrotas. Luego, ¿qué es fracaso? Para mí solo hay un fracaso en la vida: no estar dispuesto a hacer lo necesario. Nunca consideré una derrota de Rafael como un fracaso. Por muy dolorosa que fuera, tanto en Wimbledon como en Open de Australia, nunca lo consideré un fracaso. Fueron falta de preparación: cuando perdíamos, le decía a Rafael que no éramos lo suficientemente buenos, que teníamos que trabajar un poco más".