Leander Paes y la receta de los campeones

El mítico jugador indio cuenta su historia de superación a través de la experiencia y revela cuál es el secreto para inspirar a los demás.

Fernando Murciego | 21 Oct 2021 | 10.48
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Leander Paes. Fuente: Getty
Leander Paes. Fuente: Getty

Siempre es doloroso ver a una leyenda poniendo el punto y final a su carrera, pero con el paso del tiempo es más fácil recuperar la sonrisa si nos fijamos en el legado que deja. El ejemplo de Leander Paes es de bandera en este sentido, uno de los mejores doblistas de la historia del tenis, además de bronce olímpico individual en Atlanta 1996, un dato que mucha gente desconoce. El icono indio, retirado desde el curso pasado, ha querido participar en el prestigioso blog Behind the racquet para rescatar algunos momentos decisivos de sus inicios y explicar la huella que siempre intentó dejar en el deporte mundial.

Crecí en una familia donde mi padre ganó una medalla en los Juegos Olímpicos de Munich 1972 jugando al hockey hierba. Mi padre, por otro lado, fue capitana del equipo de baloncesto de la India. Todos los domingos solía despertarme por la mañana después de la iglesia y la veía cómo pulía la medalla de mi padre. No hace falta una ciencia espacial para explicar por qué quise jugar por la India y representar a 1.300 millones personas para demostrar que podíamos campeones olímpicos en un deporte individual.

Todo este viaje lo hice por patriotismo. Siempre he tratado de jugar para mi gente, de inspirar a más de mil millones de personas para que así podamos ser algún día campeones del mundo en un escenario universal.

Pronto me di cuenta que el tenis sería mi vehículo si quería llegar a los Juegos Olímpicos, pero tenía que perseverar. Bajé la cabeza, trabajé muy duro durante tres años, hasta que en el verano de 1990 gané Wimbledon Junior. En febrero de ese mismo año conocí a otro chico indio y le pregunté si quería ganar Wimbledon. Él se rió de mí, me dijo que estaba loco. Yo le insistí: ‘¿Quieres ganar Wimbledon o no?’. Él dijo que sí, pero que antes tenía que enseñarle. Nueve años después ganamos Wimbledon.

Este es el viaje en el que me había embarcado con Mahesh, un viaje donde podíamos llegar a ser los mejores del mundo. Renuncié a mi carrera individual para demostrarle al mundo que podíamos ser los mejores del mundo en dobles. Algunas personas lo llaman sacrificio. Estoy encantado con que me hayan dejado esta plataforma para contar todo nuestra historia con sinceridad, porque fuimos lo suficientemente valientes como para mostrar también nuestras debilidades.

Creo que viviendo este tipo de vida es como aprendes a manejar el triunfo y la derrota, a tratar esos dos impostores de la misma manera. ¿Por qué? Porque siempre seguirás siendo el mismo aprendiz. La gente tiene que seguir haciendo su trabajo, recorriendo su historia, contar su versión. Para mí la diversión en esta vida consiste en emular a mis padres y convertirme en campeón olímpico. La diversión y el mayor honor posible en mi vida fue jugar por mi bandera, demostrar que los indios pueden ser líderes mundiales en cualquier ámbito.

Estoy muy agradecido de tener la vida que tengo, te tener oportunidades para inspirar a otras personas para que sean las mejores versiones de sí mismas. Creo que esto es lo que necesita el mundo, grandes personas que hagan cosas simples y básicas, pero que las hagan con mucha frecuencia en el día a día. Así es como nacen los campeones".