Review del documental de Naomi Osaka en Netflix

Pasamos nota a la miniserie estrenada este fin de semana en Netflix. Un film que termina dejando aún más preguntas sobre el caso de la japonesa.

Jose Morón | 19 Jul 2021 | 12.56
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Review del documental de Naomi Osaka en Netflix
Review del documental de Naomi Osaka en Netflix

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Ayer por la noche pude ver los tres episodios de la miniserie documental de Naomi Osaka en Netflix. La japonesa abre la rendija para que todos puedan conocerla un poco más y empaticen con ella y su particular forma de ver las cosas. Partía con cero expectativas y sin haber visto absolutamente nada de la miniserie y tras su visionado, no podré decir que haya sido un documental que me haya dejado huella ni me haya descubierto algo de Naomi que no supiera. De hecho, me deja con sensación de que podrían haber ido varios pasos más allá.

Lo primero, me sorprendió que la miniserie no estuviera en la portada de Netflix. Al menos en la mía. Normalmente, Netflix coloca en portada sus nuevos estrenos y por mucho que bajara, no encontraba el de la tenista nipona. Tuve que ir al buscador, donde ni siquiera era la primera opción si ponía “Naomi”. Raro, cuanto menos.

“¿Qué soy si no soy buena tenista?”

Consta de tres episodios bastante diferenciados. Si estás buscando algo en referencia a su 2021, con su título en Australia y lo sucedido en Roland Garros, no lo vas a encontrar. Empieza hablando de sus inicios, con varios vídeos grabados por sus padres de cuando Naomi era solo un bebé y cuando entrenaba junto a su hermana Mari, centrándose en su primera final de Grand Slam, cuando derrotó a Serena Williams en el US Open 2018, así como su defensa incompleta del título al año siguiente y su victoria en Nueva York en 2020, que supone el punto final del documental.

Vale decir que la fotografía de la miniserie es magnífica. Lo mejor, sin duda. Grabada con cuidado y una calidad brutal. No habla demasiado bien de ella que esto sea lo mejor, sobre todo cuando tenemos otros documentales de grandes deportistas como ejemplo, véase el de Guillermo Vilas en lo que se refiere al tenis o el de Michael Jordan, sin duda, la joya de la corona.

El director abre una puerta a la vida de Naomi, pero en ciertas fases de la miniserie, uno tiene la sensación que solo muestra lo que ellos quieren mostrar. Podrían haber tomado una decena de caminos diferentes y han optado por el que te puede dejar más indiferente como aficionado. No descubre nada que no se supiera de ella, y solo explota cómo se origina el espíritu ganador de la japonesa y su lucha feminista o contra el racismo, pasando de puntillas por otros aspectos, quizá más interesantes para el espectador, tanto para el aficionado natural del tenis como para el que no la conozca.

Avanza a ritmo muy pausado. Excesivo en ocasiones. Ciertas fases del documental llegan incluso a aburrir. Si esperan ver aquello que no se suele ver de la vida de un tenista, apenas se muestra. Uno de los mayores errores, a mi modo de ver.

“Nadie te prepara para la atención que generas”

Tras convertirse en una estrella de la noche a la mañana al ganar el US Open, la japonesa muestra lo mucho que le costó lidiar con la atención pública, de la prensa y el aficionado, así como sus propias expectativas. De pequeña, soñaba con ser la primera de su país en ganar un Slam. Una vez conseguido, su vida da un giro de 180º y es ahí donde empieza a sentir la presión y lo que supone ser una estrella mediática.

Sorprende, a mí al menos, cómo muestra dos caras distintas cuando afronta por un lado el acudir a una rueda de prensa, y el atender un compromiso publicitario por el otro. Ante los periodistas, se le ve tensa. Seria. Desde el primer momento. Sin embargo, con muchos de sus sponsors y ante varias sesiones de fotos o reuniones, se le ve reír y en un lenguaje corporal totalmente relajado y distinto. No creo que sea casualidad que nos muestren eso, concretamente, de la forma en la que lo han hecho.

El documental no responde a la pregunta de por qué ante la prensa le da miedo responder a las preguntas de los periodistas, pero, sin embargo, se le ve ilusionada al acudir a un programa como el de Ellen DeGeneres y exponerse ante millones de personas en directo o pasarse varias horas delante de las cámaras en una sesión de fotos con decenas de personas a su alrededor. Al contrario. Uno tiene todavía más preguntas tras presenciar esto y como espectador, se queda todavía más confundido de lo que llegó.

“Mamá, ¿pensaste que cuando tuviera 22 años iba a ser la mejor jugadora del mundo?”

A nivel personal, es imposible no empatizar con ella y su historia. Cuenta cómo su madre tenía que trabajar el doble y dormir en el coche para costear todos los gastos. Ante todo, quería ser tenista para que sus padres no tuvieran que trabajar nunca más y cumplir el sueño, que no era de ella, sino de sus padres, que siempre soñaron en que una de sus dos hijas fuese tenista y número 1 del mundo. La pregunta que Naomi le lanza a su madre en una cena mientras celebra su 22 cumpleaños habla que, en el fondo, solo busca la aprobación de sus padres y sentirse aliviada ante las expectativas que le crearon desde pequeña.

Pero más allá de eso, el documental me sigue haciendo pensar que Naomi es una tenista inmensa, probablemente, la mejor de su generación y que lo tiene todo para marcar una época, pero cuya carrera no está siendo bien gestionada por su entorno, algo que ya publicamos y explicamos en nuestro canal de Youtube. Con una personalidad como la suya, no es lógico que esté tan expuesta a nivel imagen y que tuviera las cámaras de Netflix grabándole en situaciones personales como un viaje en familia. Es fácil ver que Osaka es muy frágil a nivel mental y uno duda de si esto es lo mejor como terapia.

Como conclusión, el documental deja más dudas que respuestas, no descubre apenas nada que no se supiera de Naomi y pasa de puntillas por asuntos que merecían ser mejor tratados y explicados. Nos ayuda a conocer un poco más el origen de Osaka y el dolor silencioso que siente en su mente, pero uno termina con la sensación de que parece dirigido más hacia ella misma y su entorno que hacia el gran público. La bonita estética de las imágenes y su música, te hará al menos maquillar un poco la nota final.

Valoración: 2/5