
Se dice con razón: André Agassi es el gran rival de la carrera de Pete Sampras. Hablamos de un tipo que dominó a todos sus coetáneos con autoridad y en 34 enfrentamientos ante el de Las Vegas cayó en 14, siendo quien más veces supo encontrar sus puntos débiles. Sin embargo, inmediatamente después, y con momentos de máxima rivalidad, aparece Boris Becker, quien dibujó junto a Pete seis de sus 19 enfrentamientos en las ATP Finals.
Cabe decir que entre 1990 y 1999, durante diez ediciones, las ATP Finals se jugaron en Alemania, y coincidieron con algunos de los mejores años de Boris Becker, quien había ganado Wimbledon en 1985, con 17 años, y que tuvo en los primeros años 90 algunas de sus mejores temporadas. Pero fue en indoor donde Boris se encontraba especialmente cómodo. Y jugaba en casa. Sin ir más lejos jugó tres finales consecutivas (94, 95, 96) y ganó dos títulos (92, 95), habiéndolo ganado antes, en 1988, en Nueva York.
Para Sampras, enfrentar a ese Becker era el mayor reto posible en dichas pistas, por encima seguramente del propio Agassi. "Boris realmente era como el rey que volvía a casa a final de año. Era difícil jugar contra él, era una bestia y jugaba muy bien en indoor. Era una figura muy imponente en la cancha. Y tener a sus fans alemanes detrás de él, fue difícil, no hay duda, no solo estás jugando con un gran jugador, estás jugando contra con el público”.
De entre los seis enfrentamientos, y ya ha llovido, hay uno en especial que tiene el privilegio de poder ser considerado como el mejor partido de la historia de las ATP Finals y uno de los grandes partidos de todos los tiempos. El ambiente, las alternativas, la duración, la calidad y el desenlace de la final de 1996 tendrá siempre un lugar especial en la historia del tenis, como así recuerda Sampras.
“Ambos estábamos exhaustos. Nos dimos un gran abrazo al final. Fue uno de los grandes partidos de todos los tiempos en los que he formado parte. El ambiente era fantástico. Ambos jugamos muy bien. Todo estaba destinado a ser un partido histórico. Creo que fue uno de los mejores partidos de la historia del torneo”.
Un partido que lo tuvo absolutamente todo
Con el público completamente encendido (pocas veces se ha escuchado a un público tan enérgico defendiendo a su jugador), el partido se fue a las cinco mangas (3-6 7-6(5) 7-6(4) 6-7 (11) 6-4), con un tie break impresionante en el cuarto set (13-11 para Becker) y un nivel increíble en multitud de intercambios. Un partido que desde su final se metió en el olimpo del tenis.