
Incluso los mejores tenistas también fallan en determinados momentos. Pocos torneos hay en el circuito que se le hayan resistido a Roger Federer. Ganador de 20 Grand Slams, Copa Davis, ATP Finals y más de un centenar de torneos, hay dos torneos importantes que aún se le resisten: los Masters 1000 de Montecarlo y Roma. ¿A qué se debe? Repasamos algunos de sus partidos en el Foro Itálico y sobre todo las finales perdidas que disputó.
Que Roger Federer no haya podido ganar Montecarlo en su carrera deportiva tiene mucha lógica y se puede entender. Ha tenido que compartir época con el mejor tenista de la historia sobre tierra batida: Rafael Nadal. Si hay un torneo junto a Roland Garros donde Rafa se encuentra cómodo y como en casa, ese es el Masters 1000 de Montecarlo. Al estar a nivel del mar, las condiciones son prácticamente idóneas y perfectas para que el español se haya convertido en todo un imbatible cuando juega allí. El balear ha ganado en infinidades de ocasiones en Montecarlo, y cuando Roger tuvo la gran oportunidad de reinar en el principado en el año 2014, su compatriota Stan Wawrinka le bajó de la nube en un partido que se definió en tres sets. Pero esa es otra historia.
Si en Montecarlo la situación puede entenderse, en Roma ocurre lo contrario. Muy pocos entienden cual es el motivo por el cual Roger no se le da tan bien el Masters 1000 de Roma. Desde el año 2000, Roger ha participado en 17 ediciones, solo faltando a la del 2005, 2017 y 2018. En ellas ha ido acumulando derrotas ante tenistas que, con muchas probabilidades, en cualquier otra superficie u otro torneo, habría ganando con casi total seguridad. Jugadores como Andrea Gaudenzi, Albert Costa, Filippo Volandri, Radek Stepanek, Ernests Gulbis o Richard Gasquet fueron algunos de sus verdugos en la tierra batida romana. Lejos de estas sorprendentes derrotas, el suizo también hizo ediciones de muy buen tenis, destacando las cuatro finales que disputó. En todas ellas acabó perdiendo.
La primera ocurría en el año 2003 ante el español Felix Mantilla, en un encuentro donde el helvético partía como gran favorito. Roger ya era número cinco del mundo con 21 años y venía de haber ganado hace menos de un año el Masters 1000 de Hamburgo. El español dio una de las grandes sorpresas en la historia del torneo, derrotando en tres contundentes sets al suizo que nada pudo hacer para poder frenar el ímpetu del jugador hispano que cosechó en ese torneo su mayor proeza como jugador profesional.
Si hubo un partido donde el suizo sí que estuvo cerca de proclamarse campeón fue en el año 2006, cuando tuvo dos bolas de partido para poder ganar a Rafael Nadal. El español sacó el coraje que tanto le acompaña para no solo igualar el encuentro, sino derrotar al helvético en un partido de cinco sets y que tuvo una duración de más de cinco horas. Para muchos, este encuentro marcó un antes y un después en la rivalidad entre suizo y español.
Siete años más tarde se iba a repetir la misma final, pero el guión del partido iba a ser otro totalmente distinto. El español le propinaba una auténtica paliza al helvético en algo más de una hora de partido, derrotándole por 6-1 y 6-3. 2013 fue una de las peores temporadas del jugador suizo en términos de resultados y también de juego. El suizo sabía que tenía que cambiar ciertas cosas en su juego si quería volver a sentirse competitivo, teniendo a jugadores como Nadal o Djokovic por encima de él en esos momentos.
Con el bajón de Nadal en el año 2015, Federer tenía la oportunidad de reinar por fín en el Foro Itálico, pero una vez más en la final cayó. Novak Djokovic fue su verdugo, derrotándole por otro contundente 6-4 y 6-3. En esa temporada Novak estaba siendo el mejor jugador del circuito y tenía la oportunidad perfecta para poder ganar Roland Garros tras los malos resultados de Nadal, pero finalmente en la final sucumbía ante Stan Wawrinka.
¿Qué pensáis vosotros? ¿Tendrá Roger Federer una última oportunidad de poder ganar en Roma? El tiempo corre en su contra pero si hay un jugador capaz de todo, ese es Roger Federer.