
Parece un castigo divino a una de las naciones más importantes en la Historia de la Humanidad. Pocas cosas hay más importantes en Francia que dos eventos deportivos totalmente integrados en su identidad nacional y que constituyen la esencia de su historia, sociedad y acervo cultural. Uno de ellos es el Tour de Francia, mientras que el otro es Roland Garros y da la casualidad que hace más de tres decenios que los galos no ven a un compatriota ganando alguna de ambas competiciones. Bernard Hinault fue el último ciclista profeta en su tierra, en 1985, y en el caso del tenis la crisis es aún más grave. La hazaña de Yannick Noah en 1983 ha adquirido tintes de mito y el país idealiza a su último héroe mientras se pliega al imperio establecido por Rafael Nadal desde hace años.
La sensación transmitida por Noah en un programa televisivo de France Tv Sports pone de manifiesto esa ansiedad, pero también resignación, que inunda a todos los aficionados galos. "Ojalá tengamos pronto a un nuevo campeón local en París. Creo que el tenis francés no puede permitirse no reinar en su propia casa durante tanto tiempo. Tenemos grandes jugadores que podrían conseguirlo y tengo especial confianza en uno de ellos", aseveraba un Noah que reconoció ver a Benoit Paire como un tenista con un estilo y personalidad similar al suyo, pero descartó al mismo para ganar Roland Garros. Sus esperanzas están puestas en Gael Monfils. "Juega muy bien sobre tierra batida y ya lo ha demostrado en varias ocasiones. Tiene personalidad, ha alcanzado una gran madurez y creo que podría ganar el torneo, eso sí, siempre y cuando no juegue Nadal", comentó.
Y es que el dominio de Rafael Nadal está fuera de duda. "Es intocable, mientras acuda al torneo creo, honestamente, que no hay nada que hacer más allá de los mejores", aseveró. Es preciso recordar que tanto Jo-Wilfried Tsonga como el citado Monfils han hecho semifinales en Roland Garros durante el siglo XXI; Tsonga en 2013 y 2015, cayendo ante Ferrer y Wawrinka, respectivamente, y Monfils en 2008. Además, con anterioridad el público galo se emoconó con Henri Leconte, finalista en 1988 (ante Mats Wilander) y Cédric Pioline, semifinalista en 1998, donde sucumbió ante Álex Corretja. Será interesante comprobar si Gael Monfils es capaz de asumir esta presión ya en el tramo maduro de su carrera y podría explorar sus límites en Roland Garros. Además, Yannick Noah valoró la posibilidad de que se juegue Roland Garros 2020, mostrando un cierto pesimismo. "Es muy importante para la federación, para el deporte de nuestro país y para toda la sociedad que el torneo se dispute, pero soy bastante escéptico acerca de las posibilidades de que eso ocurra", aseguró.