
Garbiñe Muguruza debutó en Dubái con una trabajada victoria sobre la belga Kim Clijsters, en su esperadísimo regreso a la competición 8 años después. La española prevaleció por 6-2 y 7-6(6) en un choque que lideraba con comodidad por 6-2 y 3-0 con doble break pero que se le complicó en gran medida por el tesón y orgullo de una campeona como Clijsters, que a sus 36 años ha demostrado seguir poseyendo un gran tenis.
Tremenda la diferencia en la previa del partido entre una jugadora con la máxima competición aún muy reciente, habiendo competido en toda una final de Grand Slam como Garbiñe Muguruza contra una tenista que llevaba más de 7 años sin competir como la múltiple campeona de Grand Slams, la belga Kim Clijsters. El WTA de Dubái vería su esperado regreso en un partido de mucho cartel. La belga evidenciaba un estado físico lejos del óptimo para una tenista como ella. Sin embargo, la mano y la técnica perduraban intactas en su raqueta. Un limpio, prístino impacto con el revés y una tremenda contundencia en sus golpes que de cuando en vez hacían las delicias del público, que apoyaba decididamente a la belga. Muguruza desde el principio le hacía ver la cruda realidad. Mucho más consistente, metida en la competición, más ágil de piernas y con mejores sensaciones.
Primer juego y 'break' para la española en su vuelta a las pistas tras la final del Open de Australia ante Sofia Kenin. Chispazos aislados de Clijsters pero no mucho más peligro. Garbiñe controlaba bien desde el fondo, mostrando las maneras competitivas y de tono positivo de Melbourne. Controlando los errores no forzados, la de Caracas clausuraba en 32 minutos el primer set, salvando un 0-40 en ese último juego y cortando un posible reacción de la belga, que igualmente estaba dejando buenas sensaciones y desde luego un carácter que no ha perdido a pesar de los años.
Mismo guion en la segunda manga donde Muguruza rompía de nuevo nada más empezar a la ex campeona del US Open. Un tiro ganador por allá y un error no forzado por otro acá para Clijsters que engrosaba su lista de dobles faltas a medida que avanzaba la noche en Dubái. El revés se mantenía estable pero la derecha era bastante impredecible en su efectividad. Garbiñe seria, sin despistarse. Tras un juego disputado y con varios iguales, la española se marchaba al 3-0 y saque, dando a entender que la contienda estaba prácticamente vista para sentencia.
Pero no es cuestión de enterrar tan pronto a una ex campeona de la talla y el calibre de Kim Clijsters. La belga supo tirar de orgullo para ganar dos juegos al hilo y meterse en el partido e inquietar ligeramente la estabilidad mental de Muguruza. La de Caracas tampoco es que estuviera cuajando un partido perfecto precisamente, lógico de una primera ronda de un torneo. El choque empezaba a igualarse peligrosamente para los intereses de la hispano-venezolana. Clijsters había encontrado finura en sus golpes y estaba desbordando con más asiduidad a Garbiñe, algo más errática que previamente.
Llegó a estar Muguruza con 4-2, pero la belga se aupó al 5-4, restando para ganarle la segunda manga a la vigente subcampeona del Abierto de Australia. Qué raza la de Clijsters, que saber estar en la pista, demostrando que esa experiencia que tiene es todo un grado, aunque lleves 8 años sin competir. Garbiñe se escapó de la quema y evitó en dos ocasiones que la belga forzara el tercer parcial, llevando la manga al desempate. En ella, Garbiñe acabó imponiendo la lógica del ranking y se lo llevó por 8 puntos a 6, no sin emoción y sufrimiento. Más que esperanzador regreso de Clijsters, que dio la talla sin ninguna duda. Kudermetova o Yastremska, una de las dos será la próxima rival de Muguruza en Dubái.