Noviembre de 2018. Una fecha que a muchos no les sonará a nada y sin embargo, a otros les provocó un llanto en el corazón. Fue la fecha en la que Agnieszka Radwanksa decidió retirarse del tenis, con tan solo 29 años, sin que ninguno lo viera venir. Un paso al lado que nos hizo perder a unas de las jugadoras más creativas del circuito, un perfil diferente que no abundaba mucho hoy en día. Por suerte, la polaca acabó con su presencia en las pistas, pero no tardó mucho en dejarse ver por las gradas. Como esta pasada semana, donde ejercicio de embajadora en las WTA Finals y donde analizó cómo está viviendo desde fuera este deporte que se lo dio todo.
“Hay veces que me veo capaz de volver a saltar a la pista y hacer mi juego de siempre”, comienza confesándose la polaca, una afirmación que nos creemos perfectamente. “Retirarme fue la decisión más difícil de mi vida, pero me siento muy bien, he aprovechado este tiempo para encargarme de otras cosas. Creo que justo eso es lo que me evade de pensar en mi etapa como profesional, algo que hace relativamente poco que aparqué. El tiempo vuela, en realidad se cumple un año justo ahora”, recuerda la ex Nº2 del mundo en una entrevista con la WTA.
El apellido Radawanska quedará grabado por siempre en Polonia al ser la primera tenista de su país en pisar la final de un Grand Slam. Pero lo que verdaderamente dejó una huella imborrable fue estilo, sus golpes, su manera de convencernos que siempre era posible jugar un tiro más. “Creo que, sinceramente, ese tipo de disparos no se pueden entrenar. Había una realidad en mi tenis y era que no podía jugar de la manera tan poderosa que tenían las demás. Siempre tenía que encontrar una manera distinta de ganar los partidos. Creo que ese toque fue mi vía de escapa para derrotar a todas aquellas jugadoras que reventaban cada bola. Es algo que no se puede practicar, o se tiene o no se tiene”, manifiesta la campeona de 20 títulos WTA.
Su vacante en títulos de Grand Slam lo suplió levantando el título de maestra en la temporada 2015, donde fulminó a talentos como Halep Muguruza o Kvitova. Esta vez, Agnieszka disfrutó del espectáculo desde la barrera, quedando prendida con la actuación de la nueva campeona, alguien con quien guarda ciertas similitudes. “Una jugadora que sí tiene esos golpes es Ashleigh Barty, ella tiene una de las mejores manos de todo el circuito. Es agradable verla jugar y no solo por los disparos tan poderosos que tiene, sino también por ese toque realmente dulce que posee. Creo que en este momento tiene la mejor combinación posible dentro del tenis femenino”, subraya.
Un año después de colgar la raqueta, el tenis no ha tenido mucho tiempo para cambiar de tendencias, aunque la de Cracovia tiene ya ‘fichada’ a una nueva jugadora que le encanta. “Ahora en la WTA podemos ver muchos estilos, muchas jugadoras de diferentes edades. Incluso en Shenzen hemos podido ver a algunas tenistas jóvenes y otras más veteranas. Bianca Andreescu, por ejemplo, también luce un tenis poderoso, pero cuando tiene que enfrentar algunos puntos difíciles, sabe cómo hacerlo. Ella también cuenta con una buena combinación para marcar la diferencia, la ves jugar y parece que lleve toda la vida en esto, es impresionante. Me cautivó cómo arrancó su final ante Serena en el US Open, no estaba asustada, no sufrió nada la presión, jugó al 100%. Eso no es fácil a estas edades, en esta etapa, así que está haciendo un muy buen trabajo”, declara la embajadora más joven en la historia del evento.
Agnieszka, que ganó el premio ‘Shot of the year’ en cinco temporadas distitnas, sabe bien localizar el talento, como también sabe diferenciar las emociones que son irremplazables en este lado del show. “Para mí ha sido un regalo poder estar de vuelta en un torneo como éste. La atmósfera que se vive en eventos como las WTA Finals es una sensación que no puedes sustituir por nada. Esa adrenalina mientras esperas que empiece tu partido, ver a tu oponente cómo se prepara, son cosas que me acompañaron toda la vida, en cada torneo. Ahora ese ambiente ya no existe, aunque todavía soy una fanática del tenis. Me encanta ver tenis, lo veo siempre que puedo, es un deporte único donde puede pasar cualquier cosa. Nunca sabes lo que te vas a encontrar”.