Los 20 mejores jugadores de la historia sin un Grand Slam en su palmarés

Repasamos quiénes son los tenistas que han tenido una mejor carrera profesional a pesar de no haber podido ganar ningún Grand Slam.

Es una recurrente pregunta que asalta a todos los aficionados. ¿Quién es el mejor jugador que no ha podido ganar un Grand Slam? Son muchos los nombres de diversas épocas aunque el dominio el BigFour en los últimos lustros (con Stan Wawrinka como principal azote del mismo) ha dejado en agua de borrajas las aspiraciones de jugadores de gran nivel que en otra etapa da la sensación de que habrían triunfado.

Las carreras de Tomas Berdych, David Ferrer o Jo-Wilfried Tsonga van llegando al ocaso y, como ya les ocurriera a otros como David Nalbandián, Guillermo Coria o Nikolay Davidenko, no han encontrado ese gran título que elevara su carrera deportiva a un estatus superior. Pero no son los únicos. La historia está plagada de historias que pudieron ser y no fueron, de oportunidades perdidas y suspiros de nostalgia por parte de sus protagonistas y sus aficionados. Esta es la lista de mejores jugadores de la historia que no han ganado un Grand Slam:

Marcelo Ríos. Es el único jugador de la Era Open que ha ocupado el puesto número 1 en el ranking ATP sin haber logrado un triunfo en eventos de máxima categoría. El chileno llegó a disputar la final del Open de Australia 1998, donde perdió ante Petr Korda y llegó a sumar 18 títulos en toda su carrera.

Álex Corretja. Finalista en dos ocasiones de Roland Garros (1998 y 2001), ganador de las ATP Finals en 1998, de la Copa Davis en el 2000 y número 2 del mundo en 1999. Avales más que suficientes para sumar un Grand Slam pero el español nunca pudo dar lustre a una gran carrera.

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Tommy Haas. El alemán también llegó a ser el número 2 del mundo pero nunca logró meterse tan siquiera en una final de Grand Slam. Su carrera ha estado sazonada de lesiones que han mermado su progresión e imposibilitado la continuidad necesaria para haber desplegado todo su potencial. Su mejor resultado fueron las semifinales de en el Open de Australia (1999, 2002, 2007) y en Wimbledon (2009).

Cédric Piolin. Otro que fue el segundo mejor jugador del planeta pero no lo pudo refrendar con una gran victoria. Perdió las finales de US Open 1993 y Wimbledon 1997, aunque igual o más doloroso fue no poder pasar de las semifinales en Roland Garros, donde la presión mediática le pudo y su mejor resultado fue la penúltima ronda en 1998.

Magnus Norman. Su labor de entrenador ha sido brillante pero como jugador no se quedó atrás. El sueco llegó a ser número 2 del ranking ATP y a alcanzar la final de Roland Garros 2000. Sumó 12 títulos pero nunca pudo romper moldes en los Grand Slams.

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Guillermo Coria. Fue el azote en tierra batida de algunos de los mejores de la historia, dejando batallas para el recuerdo. Estuvo muy cerca de alcanzar la gloria en Roland Garros pero su compatriota y enemigo íntimo, Gastón Gaudio, le privó de ello, socavando un pozo sin fondo del que no pudo salir en los años posteriores.

David Nalbandián. Otro argentino pareció aún más cerca y más merecedor de un título de esta entidad. Y es que el de Córdoba alcanzó, al menos las semifinales, en todos los Grand Slams y la final en Wimbledon 2002. Llegó a ser también el número 3 en el ranking ATP.

David Ferrer. Posiblemente uno de los casos más dolorosos para todos los amantes del tenis haya sido no ver triunfar tanto como se lo ha merecido a este aguerrido jugador español. Generoso en el esfuerzo, David se ha visto frenado una y otra vez por los mejores de la historia y ha llegado a sufrir mucho para lograr, al menos, un triunfo en un Masters 1000, como fue el conseguido en París-Bercy 2012. Llegó a la final de Roland Garros 2013.

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Thomas Enqvist. Otro ejemplo de la persistencia del tenis sueco en el tramo final de siglo XX e inicio del XXI. Finalista en el Open de Australia 1999, semifinalistas en las ATP Finals 1995 y cuarto mejor jugador del planeta en 1999, se quedó sin un premio tan buscado como anhelado.

Miloslav Mecir. Acumula dos finales perdidas (Open de Australia 1989 y US Open 1986), llegando a semifinales también en los otros dos majors. Ganó la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Seúl 1988 y fue un habitual en la élite durante toda la década de los 80.

Kevin Curren. Coetáneo de Mecir, este sudafricano nacionalizado estadounidense también perdió dos finales de Grand Slam (Open de Australia 1984 y Wimbledon 1985), alcanzando el puesto quinto en el ranking ATP en 1985.

Henri Leconte. Finalista de Roland Garros 1988, cayendo ante Mats Wilander, el galo luchó durante toda su carrera por explorar sus límites y dar brillo al tenis francés pero se quedó a las puertas. Fue quinto mejor jugador del mundo.

Mark Philippoussis. Cuenta en su bagaje con victorias apoteósicas ante jugadores como André Agassi, Pete Sampras, Stefan Edberg o Carlos Moyá. Llegó a dos finales pero no pudo ser. Especialmente doloroso fue caer derrotado en Wimbledon ante Federer, en 2003. Nunca pudo responder a las expectativas en su país, sin pasar de octavos de final en el Open de Australia.

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Robin Soderling. No tuvo una carrera prolongada en el tiempo ni regular pero alguien que es capaz de ganar a Rafael Nadal en Roland Garros merece estar en esta lista. Perdió dos finales de Grand Slam, ambas en París y en años consecutivo (2009 y 2010) y llegó a estar en el puesto 4 del ranking ATP.

Nikolay Davidenko. No se presentó nunca en una final pero su insistencia durante años por batir a Federer y Nadal y sus brillantes escaramuzas, como la protagonizada en las ATP Finals 2009, le hacen merecedor de participar en esta lista. Fue semifinalista en Roland Garros (2005 y 2007) y US Open (2006 y 2007).

Jo-Wilfried Tsonga. Otro que se ha topado una y otra vez con el BigFour. El galo lo ha intentado todo para hacer realidad su sueño pero cuando más cerca se quedó fue en el Open de Australia 2008. Su regularidad merece todo el crédito del mundo y así se desprende del hecho de haber llegado a cuatro semifinales más y sumar 16 títulos ATP.

Tomas Berdych. El más claro ejemplo de haber nacido en una época propicia para hacer los sueños realidad. El checo se ha visto martirizado por los mejores de la historia. Finalista en Wimbledon 2010, alcanzó las semifinales en todos los otros majors.

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Tim Henman. Parecía predestinado a ganar Wimbledon pero no lo logró. Siempre con la barrera de semifinales como paso infranqueable, el británico es una de las figuras dramáticas del tenis moderno, cayendo hasta en seis ocasiones en la penúltima ronda.

Andrei Medvedev. Llegó a dominar dos sets arriba en la final de Roland Garros 1999 que acabó perdiendo contra André Agassi, en uno de los míticos desplomes de la historia del tenis. El ucraniano llegó a ser número 4 del mundo y ganó 11 títulos ATP.

Fernando González. Quién sabe lo que hubiera conseguido el chileno si no hubiera coincidido con algunos de los mejores de la historia de este deporte. Su endiablado drive le llevó a ser campeón olímpico en Atenas 2004, medallista de plata en Pekín 2008, finalista en el Open de Australia 2007 y semifinalista en Roland Garros 2009. Una historia en la que el "casi" siempre tiene cabida.

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¿Y tú, con quién te quedas? ¿Cuál te parece el caso más flagrante de tremendo talento que no ha podido ser refrendado con un Grand Slam? Huelga decir que existen casos contrarios a éstos, como el de Marin Cilic, que en su primera final de Grand Slam logró una sorprendente victoria. ¿Echas en falta algún nombre?

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