La vida siempre es un poco más difícil cuando no hay Ojo de Halcón. Que se lo digan a Victor Troicki, un clásico de las rabietas y enfados en pista cada vez que la vista del juez de silla no coincide con la suya. Así se puso en su último partido ante Kevin Anderson en la primera ronda del torneo de Viena. Menos mal que acabó ganando.
Victor Troicki se vuelve loco en Viena