El número uno del mundo, Novak Djokovic no faltará a su cita con Rafa Nadal en los cuartos de final del Masters 1000 de Roma. Pero para ello ha tenido que sufrir de lo lindo ante el aguerrido brasileño Thomaz Bellucci al que ha derrotado por 0-6, 6-3 y 6-2 en 1 hora y 39 minutos. El serbio hizo un primer set desastroso, muy fallón y sin chispa. Fue cogiendo temperatura en el segundo y terminó jugando un gran tenis ante un Bellucci muy competitivo. Djokovic no encajaba un rosco desde la final de Cincinnati de 2012 ante Roger Federer.
Un partido totalmente distinto enfrentaba Djokovic en tercera ronda. Frente al tenis agresivo, directo y variado de Stephane Robert, la raquet de Thomaz Bellucci iba a ser una prueba más bien física y mental. Pronto se iba a ver que Djokovic no había salido preparado para esa batalla. El serbio veía como Bellucci le quebraba el saque en el primer juego. Lo que podía ser un espejismo, un simple mal arranque, acabó siendo la tónica predominante del primer set.
El zurdo brasileño repartía juego a modo de parabrisas y Djokovic no era capaz de aguantar mucho tiempo los intercambios. Engrosaba poco a poco la nómina de errores de no forzados pero aumentaba la de puntos ganados. En los tres primeros juegos tan solo tres puntos pudo anotarse el de Belgrado ante un estupefacto público del Campo Centrale. Con doble rotura en contra, Djokovic disponía de un 0-30 que podía ser el comienzo del partido para él. No lo llevó a buen puerto y el brasileño, que no bajaba la guardia, cerraba el 4-0 con un tenis aplicado y agresivo.
¿Caería el rosco para el número 1? Pocos podrían haberlo aventurado. Pero en efecto cayó. Un juego igualado el quinto pero que se llevó Bellucci, muy determinado en todo momento y con mucha hambre de tumbar al todopoderoso Djokovic. El serbio no acababa de arrancar, se movía de lado a lado pero como una marioneta. Sin demasiada chispa y sin apenas mandar en el punto. El 6-0 terminó cayendo por su propio peso. El primero que encajaba desde hacía mucho, mucho tiempo.
Lo nunca visto. Djokovic alzando los brazos en alto tras ganar el primer juego del segundo y por tanto, su primer juego del partido. ¿Veríamos un nuevo Djokovic? No era difícil sin duda ante el pésimo set con 16 errores no forzados por apenas 3 ganadores que se había marcado. Dejó los fallos atras, empezó a hacer ganadores, a ser más reconocible, y el panorama cambió.
Bellucci seguía bien plantado atrás y con el servicio pero la tendencia era ya otra. Djokovic estaba ya en el Campo Centrale al acecho para remontar la contienda. Sería en el sexto juego cuando el serbio quebraba el saque del brasileño que como era de esperar bajo ligeramente la concentración, fallando un poquito más ante la mayor consistencia de Djokovic. El de Belgrado se mantuvo muy serio, haciendo un tenis más parecido a lo que le habíamos visto en Madrid y se apuntaba el segundo parcial por 6-3, haciendo buena la única rotura del set.
Lejano quedaba el paupérrimo arranque de partido de Djokovic. Algunos empezaban a pensar si no había sido una ilusión. Porque el serbio ya estaba a su nivel y no iba a bajar la exigencia. Salía en el tercero a morder y pronto se vería recompensado. Pegando con mucha profundidad, agresivo desde el resto y sin fallar, Djokovic quebraba en el primer juego a Bellucci y confirmaba en el segundo, no haciendo golpes ganadores por todos lados. Bellucci era ahora la marioneta en el fondo de pista.
El brasileño se mantenía cerquita en el marcador, sin rendirse a la evidencia de que Djokovic había renacido y que estaba a su nivel habitual con el que es casi invencible. Y tuvo sus opciones con 3-2 y saque del serbio. Hizo un gran juego, muy intenso y dominando a Djokovic. Pero no obtuvo el premio del break. El de Belgrado supo sufrir y fue más fuerte de cabeza y más consistente en su tenis para seguir liderando en el marcador. El segundo break caería inmediatamente después. Bellucci ya empezaba a bajar los brazos, fruto de la frustración. Sin demasiado esfuerzo, ahora sí, Djokovic se llevaba el 5-2 al marcador.
Tras 1 hora y 39 minutos, Novak Djokovic accedía a los cuartos de final del Masters 1000 de Roma tras levantar en ese último juego un 0-30. Bellucci se acabó por difuminar a pesar del gran nivel mostrado durante todo el partido. Djokovic se citará por tanto ante Rafa Nadal en el partido soñado de la antepenúltima ronda. Muchas dudas sobre su nivel pero ahí sigue, batallando y siendo una roca mentalmente.