Para los que seguimos todas las semanas los entresijos y las vicisitudes del circuito del tenis, ya sea masculino o femenino, una retirada de un tenista nos duele especialmente. Tenísticamente ya no estará más, aunque aquí a diferencia de la vida se puede resucitar y volver. Dejan un extraño vacío, un hueco que si bien rellenarán otros u otras ya no estará cubierto de la misma manera. Todo esto se magnifica si la retirada la protagoniza una jugadora (en este caso) de la zona noble del ranking WTA. Desde hace algunos años viene siendo una tónica el hecho que alguna ‘grande’ del tenis femenino nos deje tenísticamente cada curso. En 2015 el turno fue para la sorprendente vencedora del Abierto de los Estados Unidos, la transalpina Flavia Pennetta.
La ya ex tenista de Brindisi ha dado la gran nota positiva y sorpresiva de este 2015 al ganar contra todo pronóstico el primer Grand Slam de su carrera en las pistas de Flushing Meadows, y a su vez, la nota negativa de su retirada tras las WTA Finals. El desenlace de su trayectoria tenística ha sido sin duda el soñado por cualquiera. Su título, también inesperado, en Indian Wells 2014 parecía un bonito broche a una carrera en la que claramente fue de menos a más. Flavia no había destacado por su precocidad. Sus primeros cuartos en un ‘grande’ llegaron ya con 26 años en el US Open de 2008. Se sabía de la calidad que albergaba su raqueta pero carecía de consistencia en las citas claves.
Como el buen vino, la transalpina fue mejorando con el paso del tiempo, y ya pasada la treintena, desplegó su mejor versión. Apareció el US Open de 2015 y con él su único título de Grand Slam. El que debería haber ganado Serena Williams y así haber cerrado el año con los cuatro grandes, se lo llevó la italiana derrotando a su compatriota Roberta Vinci en la final. No sabemos qué hubiera pasado en el caso de que Pennetta no hubiera hecho semejante actuación en Nueva York. En cualquier caso parece que su cabeza ya pedía dejarlo, que no su cuerpo, aún plenamente dispuesto para la batalla. En una carta de despedida plasmó parte de sus pensamientos en relación a su retirada y a su nueva vida (enlazar con artículo sobre la carta).
La final del US Open no fue la despedida de Flavia, que llegaría con la Copa de Maestras. Pero sí el broche perfecto y soñado por todas como colofón de una carrera en la que los éxitos llegaron simplemente, más tarde de lo esperado. Quizá cuando mejor saben.
Pennetta ha sido el nombre ilustre en colgar la raqueta en este 2015, una de las 15 en la historia que lo han hecho estando dentro del top ten. Nos estamos acostumbrando a ver cada año alguna gran jugadora que lo deja. En 2014 fue Na Li y Dinara Safina, en 2013 Marion Bartoli, en 2012 lo hizo Kim Clijsters, en 2011 Justine Henin, en 2010 Elena Dementieva y Lindsay Davenport…
El de la italiana ha sido con diferencia el nombre más mediático que ha dejado el tenis en este curso. Si bien, varios nombres más que han sido recurrentes en el top 100 se han retirado de la práctica profesional del tenis en este 2015.
Nombres como el de la francesa Julie Coin, famosa por derrotar a la entonces número 1 del mundo Ana Ivanovic en el US Open de 2008, llegando al número 60 del ránking mundial. Lisa Raymond, una de las grandes especialistas en dobles en la última década. Once títulos de dobles en Grand Slam entre dobles femeninos y mixtos la amparan. Llegó a ser número 15 del mundo en individuales en 1997. Se ha retirado a la nada desdeñable edad de 42 años.
Las sudafricanas Natalie Grandin y Chanelle Scheepers, las austríacas Patricia Mayr-Achleitner e Yvonne Meusburger y la rusa Ksenia Pervak son otras mujeres que decidieron retirarse este año. Pervak alcanzó unos octavos en Wimbledon derrotando por el camino a la top ten en ese momento Andrea Petkovic mientras que Scheepers también alcanzó como cénit de su carrera esa misma ronda en Roland Garros en 2010 y semifinales de Wimbledon en categoría de dobles en 2013.