Previa ATP World Tour Finals: Novak Djokovic vs Roger Federer

La temporada 2015 se cerrará con el octavo duelo directo entre el serbio y el suizo, séptimo en una final. Entre los dos suman diez títulos como maestro. 

Fernando Murciego | 22 Nov 2015 | 00.19
facebook twitter whatsapp Comentarios
En Puntodebreak encontrarás toda la actualidad y noticias de tenis, así como fotos de tenistas e información de los torneos ATP y WTA como los Grand Slam y Copa Davis.
En Puntodebreak encontrarás toda la actualidad y noticias de tenis, así como fotos de tenistas e información de los torneos ATP y WTA como los Grand Slam y Copa Davis.

No podían ser otros los protagonistas en este cierre de temporada. Sin contar a Andy Murray y su ansiada final de Copa Davis, celebrada el próximo fin de semana, un serbio y un suizo dirán adiós al curso 2015 con un nuevo enfrentamiento entre ellos, el segundo que les vea cruzarse por el título de maestro en Londres (el año pasado no se llegó a disputar el encuentro). Novak Djokovic, Roger Federer y las ATP World Tour Finals, un trío de personajes que llevan trece temporadas reaprtiéndose los papeles principales y secundarios en cada noviembre del calendario. La última vez que ninguno de los dos luchó por el trofeo en el certamen fue en 2002, cuando Lleyton Hewitt sentenciaba a Juan Carlos Ferrero en cinco mangas. El capítulo 44 entre ambos está a punto de comenzar.

Supongo que el tenis nos debía esta cita después de que en 2014 los dolores en la espalda del suizo y una mirada puesta en la Copa Davis nos privaran de tal espectáculo. Tanto Federer como Djokovic se han convertido en los auténticos dominadores del circuito indoor, la mejor muestra de ello es ver que entre ambos reúnen diez títulos de maestro: seis el de Basilea y cuatro el de Belgrado. No importa que uno le lleve seis años de diferencia al otro, la vida y el talento se han encargado de acabar metiéndoles en el mismo saque. Algunos incluso ya osan hasta en compararles, y argumentos no les faltan.

Será la octava ocasión que se vean las caras este año, y menos la que tuvieron hace unos días el Round Robin, todas las demás fueron en una final. Como la de mañana. Djokovic domina los duelos este curso por 4-3, aunque Federer lidera el bagaje general por 22-21. Mucha igualdad entre los dos hombres que han escrito la segunda rivalidad más repetida de la historia del tenis, solo superada por los 46 pulsos entre el balcánico y Rafa Nadal. Lo que está claro es que la gran diferencia entre estos dos superhombres es el físico, lo que ha hecho que en territorio Grand Slam siempre salga victorioso el mismo. Pero cuando se trata de partidos al mejor de tres y, especialmente, en pista dura (Dubai, Indian Wells, Cincinnati, Basiea), hemos comprobado que el helvético puede derrotar prácticamente a cualquiera. Hasta al extraterrestre que ya encadena quince finales al hilo este calendario.

Comparando sus caminos hasta aquí, solo una etapa les diferencia: la que les hizo medirse en la fase de grupos. Por ello que el suizo llegue por octava vez en su carrera a la final de las ATP World Tour Finals habiendo ganado los cuatro duelos anteriores. Aquella fue una noche extraña, con un Djokovic excesivamente errático y un Roger demasiado acertado en los puntos clave. Demasiado para lo que hemos visto en sus últimos años de profesional. Pero lo hizo, cuando nadie lo esperaba cortó la racha de 23 triunfos consecutivos del serbio y le puso los pies en la Tierra para hacerle vulnerable, aunque solo fuese ante él. De esa derrota, Novak aprendió y por ello que ahora afronte esta final con una motivación extra que le da siempre el sabor a venganza.

El 2015 será recordado siempre como el año de Novak Djokovic, pero si hay alguien que ha intentado -y ha logrado- desequilibrar en algún momento al serbio con cierto grado de acierto, ese ha sido Roger Federer. El único capaz de ganarle en más de una ocasión. El único capaz de vencerle en tres ocasiones dejando su marcador de sets a favor a cero. El único que, pese a los 7.000 puntos de ventaja, ha luchado cada mes por seguir la estela del mejor tenista del planeta. Los espectadores y ellos mismos se merecían una última oportunidad en un lugar como éste, con un premio como el título de maestro. Una categoría que ya hace años que se colgaron y que, por penúltima vez (ojalá) se encargarán de reafirmar ante todo el mundo. Pase lo que pase, mañana no solo ganará el mejor. Ganamos todos.