Alejo Mancisidor: "Vi a una Muguruza diferente tras la final de Wimbledon"
Entrevistamos a Alejo Mancisidor, el que fuera entrenador de Garbiñe Muguruza. Nos habla sobre cómo vivieron la final de Wimbledon y da detalles sobre su ruptura.


Garbiñe Muguruza y Alejo Mancisidor decidieron tomar caminos separados el pasado mes de agosto después de cinco años trabajando juntos en los que lograron resultados importantes como la final de Wimbledon o meterse entre las 10 mejores tenistas del circuito. En esta entrevista, Alejo nos habla en exclusiva sobre cómo vivieron las horas previas a la final por el título en Londres y qué pasó realmente para que se rompiera la relación con Garbiñe.
Lo primero, Alejo, después de mucho tiempo sin parar, ¿cómo te encuentras ahora?
Bueno, llevaba mucho tiempo trabajando sin descanso, prácticamente desde que dejé de jugar. Más de 10 días o dos semanas de descanso seguidas no he tenido en casi 20 años. Me viene bien para reflexionar, para pensar cosas...
Y desconectar un poco, ¿no?
Sí, exacto. Llega un momento en el que pasa el tiempo, vas trabajando y no tienes tiempo de pararte a pensar. También tengo una familia y van pasando los años y te das cuenta que te pierdes muchas cosas y cualquier persona en cualquier trabajo, cada cinco o diez años, debería por lo menos tener un tiempo de parar y reflexionar un poco sobre su vida.
¿Cuándo comenzaste hace cinco años con Garbiñe, pensabas que podía llegar hasta donde está ahora?
Sí, sin duda. La primera vez que la vi era una jugadora top 10. Lo dije desde el primer día que la vi entrenar. Por la mirada, por la forma de actuar en todo... pensaba que podía ser top 10. Ahora, 1, 3, 5 o 7... eso es cuestión un poco de cómo va todo.
Desde que comienzas con ella hasta que terminas, ¿en qué crees que Muguruza ha mejorado más en estos 5 años?
Es difícil decir sólo una cosa. Hemos estado juntos cinco años. He estado muy encima de ella, un poco en todo. No sabría decir una cosa en particular. Tenísticamente considero que es una superdotada y creo que lo que mejor hemos hecho es, aparte del tenis, donde Dios le ha dado un don, todo lo de fuera de pista.
Que no se desviara del camino, ¿no?
Sí, quien entiende un poco cómo es la vida de un tenista sabe que una cosa es lo que vemos todos en la televisión y luego hay una cosa que puede ser más importante, que es lo que pasa fuera de la pista.
Me gustaría que me hablaras del torneo de Wimbledon. ¿Pensabas que ése era el torneo donde Muguruza iba a explotar? Porque ella no había logrado nunca buenos resultados en hierba.
Bueno, no es por apuntarme un tanto pero yo siempre le he dicho que la hierba era su mejor superficie. Es algo que hemos discutido mucho. Pero claro, es difícil comprobar que la hierba es tu mejor superficie cuando sólo hay dos torneos al año. Entonces juegas uno y quizás tienes mala suerte o también necesitas aclimatarte un poco y pasan cuatro años e igual no has hecho mucha cosa pero eso no quiere decir que no sea tu mejor superficie. Yo entiendo que el jugador no se puede sentir cómodo de jugar en una superficie sobre la que no obtiene resultados. Antes de este Wimbledon recuerdo que me llegó a decir que para 2016 sólo quería ir a este torneo y no otro más.
Entonces, ella misma se sorprendió de llegar a la final, ¿no?
Yo creo que siempre se va a sorprender de llegar a una final de Wimbledon. Sí que había hecho cuartos en París, octavos en Australia... pero claro, llegar a una final de un torneo como Wimbledon y en la Catedral del tenis pues aunque te lo puedas imaginar siempre te sorprende un poco, es como la primera vez.
¿Cómo viviste el día de la final? ¿Pudiste dormir la noche anterior?
Muy poco, la verdad. Eso es algo que tienes que vivir. Van pasando los días y realmente no lo disfrutas porque hay mucha tensión. Yo diría que hasta que no pasan dos semanas después del torneo no lo acabas disfrutando. Hay tanta tensión acumulada y hay tanto detrás que no te das cuenta de lo conseguido.
Para ti habrá sido también una gran experiencia, ¿no?
Sí, una final de Grand Slam es algo que te marca para toda la vida
¿Qué se le dice horas antes a una jugadora novata en esas lides como ella que se va a enfrentar a la Número 1 del mundo en uno de los estadios más increíbles del mundo?
Lo que intento es tranquilizarla lo máximo posible. Intento decirle que Serena le tiene respeto, de hecho, se demuestra en el primer juego que comete dos dobles faltas. El entrenador reconoce que Muguruza es la única jugadora que le puede ganar de tú a tú. Como para ella era novedad, le digo que intentara llevar la presión de la mejor forma posible y que entendiera que Serena le iba a tener mucho respeto y sobre todo, que venía haciendo un gran tenis haciendo partidos muy buenos y que iba de menos a más. Sobre todo, intentar hablar con ella para quitarle presión.
Muguruza pierde, pero deja un gran sabor de boca y recibió una de las mayores ovaciones que se recuerdan en una perdedora en una final de Grand Slam. ¿Cómo viviste ese momento?
Eso es algo que hay que vivirlo. Te dices a ti mismo: 'Hemos trabajado para esto'. Ves que ella rompe a llorar, que la ovación es única, que incluso dan una vuelta a la pista y el público le aplaude más a ella que a Serena. Claro, la gente tiene también ganas de caras nuevas.
¿Y cómo se tomó la derrota luego en el vestuario?
Yo creo que ahí está la grandeza de Garbiñe. Mientras el 95% de las tenistas hubiesen salido contentas, ella estaba rota. Una jugadora de 21 años que juega una final de Wimbledon contra Serena y la ves así de rota y de dolida, es porque quiere seguir mirando para arriba. Y eso dice mucho de ella.
Tras Wimbledon, leo un artículo en Marca en el que se habla de que tanto ella como su entorno quieren evitar que a Garbiñe le pase lo que a Bouchard y que cuidarán que se exponga demasiado. Casi tres meses después, ¿crees que lo han logrado?
Yo creo que esto es algo realmente difícil para cualquier deportista. Tienes 21 años y te encuentras con todo esto. Es una losa muy, muy grande. Yo, personalmente, a día de hoy creo que no lo han logrado. No quiere decir que la gente que está ahora con ella no lo puedan mejorar o cambiar. Es posible. Al principio fue todo demasiado grande y se ha ido un poco de las manos.
¿Crees que esta final de Wimbledon le llega demasiado pronto y que se ha distraído un poco?
Yo creo que no. Al final, ella tiene que pasar por esos momentos. Si le hubiese venido dentro de un año pues es un año que hubiera perdido. Ella y su entorno, tienen que ser capaces de realmente superar momentos así porque yo creo que puede llegar a ser una gran jugadora. Todos los momentos importantes en la vida, cuanto antes te lleguen, antes podrás aprender de ellos.
¿Tú notas a una Garbiñe diferente tras la final de Wimbledon?
Yo sí. Pero es normal, es lógico. No es fácil asumir todo eso. Pero sí que veo una Muguruza diferente. Encajar una losa tan grande, con el tema prensa, fama... no es fácil.
Pero, ¿en qué la notas diferente?
En el sentido de saber manejar todo eso. Es que es muy complicado. Se ve en la tesitura nueva y se pregunta cómo gestiona todo eso, cómo actúa con la fama, cómo actúa con la prensa, con el tenis, con su vida personal y claro, para una chica que a su edad se ve con mucho poder económico, con mucha fama... yo entiendo que es muy difícil gestionarlo.
¿Y crees que lo está gestionando bien?
No te sabría decir. Yo en agosto salí de su equipo y lo que pasa actualmente no lo sé. Sí que te puedo decir que es la parte más difícil para cada deportista que llega ahí.
En tu carta de despedida decías que las diferencias eran muchas. ¿Esas diferencias venían con ella o con su entorno?
No, es una diferencia de valores. Cada uno valora lo que considera más importante en su vida. Entonces llega un momento en el que discrepábamos. Hasta ahí llevábamos un poco la misma línea y a raíz de ahí yo vi que cada uno tenía sus valores, algo muy respetable, no digo que uno fuera mejor o peor sino que cada uno valora unas cosas en su vida.
Se habló de mutuo acuerdo pero por lo que me comentas, quien da el primer paso para la ruptura eres tú.
Sí.
Hace poco, Muguruza anuncia que empieza a trabajar con Sam Sumyk, justo el ex-entrenador de Bouchard y con el que no le fue muy bien. ¿Crees que es una buena decisión para ella?
Yo a Sam le conozco mucho. Personalmente, es una persona encantadora y he tenido muy buena relación con él. Lo que sí te puedo decir es que tenísticamente no he hablado nunca con él. No sé si es malo, bueno, mediocre, muy bueno... no lo sé. Te lo diría encantado pero siempre que he hablado con él, nunca ha sido de tenis.
En el tenis femenino vemos muchos casos de chicas que llegan muy alto, consiguen algo importante pero luego pegan un bajón. ¿A qué crees que eso es debido?
Hay mucha competitividad. De las 30 primeras, si quitas a Serena, cualquiera de ellas te puede ganar un Grand Slam. Cuando llegas arriba, si aflojas un poco o si te crees que vas a ganar sin hacer el mismo esfuerzo que antes te puedes pegar un tortazo muy grande. Entonces es muy fácil que si te relajas te puedas ir para atrás.
¿Tienes miedo de que algo como lo que le ha pasado a Bouchard le pueda pasar a Garbiñe?
Lo veo más difícil. Para mí, hace dos años que Garbiñe es de las tres mejores que juega a tenis. Están Serena, Sharapova y ella. Ahora, dependerá un 80% de cómo maneja Garbiñe una vez sale de la pista.
Para finalizar, ¿qué te gustaría poder hacer ahora? ¿Coger una chica joven de nuevo y subirla, alguna más contrastada o pasarte al masculino?
Yo ahora quiero esperar. No tengo problemas en pasarme al circuito masculino, pero lo que sí tengo claro es hacer algo que realmente me apetezca, me ilusione y me motive. No por ser una jugadora contrastada me va a motivar más. Me he dado cuenta en mi vida que es mucho más importante trabajar motivado que con alguien bueno pero menos motivado.