
En un fantástico reportaje de David Cox para el portal TENNIS.com, Melanie Oudin, jugadora estadounidense, número 309 del mundo actualmente, cuenta su terrible experiencia con la arritmia cardíaca, un problema que le ha llevado por un sinfin de preocupaciones y percances en pist y cuya trascendencia le llevó a consultar a su compatriota Mardy Fish, retirado recientemente a causa de problemas similares.
"Los médicos me dijeron que estaba teniendo ataques de pánico. Y pensé que era mi culpa. El peor sentimiento era saber que estaba tratando de jugar los partidos y ver que mi corazón latía, literalmente, fuera de mi pecho. Y que todo estaba en mi cabeza. No había nada exterior. Podría ocurrir en cualquier situación partido. Una vez se produjo cuando había ganado un set por 6-0. Y otra vez con 4-4 en el tercero".
Los problemas fueron a más y persistieron en el tiempo. "En el pasado US Open literalmente sentí que no podía girar mis brazos. Estaba mareada, simplemente no podía moverme, todo mi cuerpo estaba como apretado. Fue horrible y no sabía lo que era. Estaba sentada en el vestuario después, miré hacia abajo y mi pecho estaba bombeando hacia arriba y abajo, por sí solo".
Esa noche el ritmo cardíaco de Oudin alcanzó 230 latidos por minuto, muy por encima de la media de un jugador de tenis, situada en las 150. "Cuando sucedió por primera vez pensé que competía con estrés en los partidos. Luego, en 2012 acabé viendo un cardiólogo y pase´bien las pruebas. Todo volvió completamente normal. Pero luego, seguía sucediendo año tras año, y sólo me dijeron que eran ataques de pánico. Nunca había tenido ataques de pánico en mi vida".
Oudin ocultó su preoblema a todo el mundo a excepción de dos jugadoras: su mejor amiga Alison Riske, y su compañera de dobles Grace Min. "Nos íbamos a jugar dobles y tuve que decirle: "No sé lo que me está pasando, pero me siento horrible. Cuando esto ocurre, no puedo comer nada, me siento mareada y sólo quiero acostarme. Y ella fue genial, se preocupada por mí".
Después de tres años de interminables preguntas y dudas sobre sí mismo, por fin Melanie tenía una respuesta: arritmia. Pero su alivio pronto se convirtió en pánico. La única opción de tratamiento era una ablación con catéter, un procedimiento invasivo que implicaba la inserción de un catéter a través de la ingle y hasta el corazón. La idea era aterradora. Así que Oudin consultó a la única persona que sabía que había pasado por un calvario: Mardy Fish.
"Mardy fue muy agradable. Siempre compartió sus experiencias, me dio algunos consejos y me tranquilizó al respecto. Me decía que su pecho se siente muy duro cuando te despiertas y te sientes agotado. Que se sentía como que acababa de correr un maratón. Era exactamente como lo describía Mardy". Unas semanas después volvió a competir, en Indian Wells. "Pensé que estaba bien. Todo iba bien. Y tras un entrenamiento, volvió a suceder. Nadie sabía por qué. Algunos de los médicos no me creían que realmente estuviera sucediendo de nuevo, a pesar de que les dije que era la misma sensación".
Robby Ginepri, otro de los jugadores que pasó por lo mismo le aconsejó ver al doctor que le trató a él. "Lo conocí en su clínica. Me explicó que, básicamente, nací con esto, pero no se manifiesta hasta llegar a la adolescencia, y que está provocada por una combinación de adrenalina, estrés y actividad intensa. Mucha gente puede tenerlo pero no lo sabe al no pasar por esas tres cosas".
Aquel doctor la convenció para pasar por el quirófano. Tiempo después, Oudin hizo su reaparición, por primera vez en las canchas de césped del ITF de Ilkley. Tras varios meses compitiendo, Odin lucha por olvidar una afección por la que han pasado demasiados tenistas en los últimos años..