La Crisis del tenis sudamericano parte II: Las dificultades para crear un tenista de élite

Analizamos en profundidad la crisis por la que actualmente se encuentra el tenis ​sudamericano. Parte II.         

Mariano Nagy | 13 Mar 2014 | 07.30
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En Puntodebreak encontrarás toda la actualidad y noticias de tenis, así como fotos de tenistas e información de los torneos ATP y WTA como los Grand Slam y Copa Davis.
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¿Jugador top se nace o se hace? Analizamos la situación de la Argentina en relación con otros países que cuentan con mayor infraestructura, inversiones y grandes competencias. El éxito de España y Francia y los problemas de Estados Unidos y Australia. Los "condimentos extra" en el Río de la Plata y los imponderables a nivel mundial.

En el envío anterior quedó flotando un interrogante: ¿Jugador top se nace o se hace? Antes de continuar el abordaje del caso argentino es conveniente analizar que sucede en otros países que son o fueron potencias. En principio una política de generación de jugadores sobre qué pilares debería medirse. ¿Calidad o cantidad? A priori contar con un número uno o deportista estrella permite generar recursos, entusiasmo y ensanchar la base de potenciales tenistas a futuro. Aunque es insoslayable aquel país que brinda una serie de jugadores destacados a nivel ATP, aún sin contar con un top 5.

En el caso de España y Francia cumplen con ambas premisas. Los ibéricos poseen 14 top 100 con el plus de Nadal y Ferrer en los puestos 1 y 4 del ranking. Mejor imposible. Los galos, gran ejemplo de escuela y formación cuentan con 12 entre los 100, dos de ellos top ten (Tsonga y Gasquet) y con diversos jugadores muy competitivos. Es decir que uno de cada cuatro top 100 son españoles o franceses. Seguramente, allí estará puesto el foco de otros sitios del mundo para tomar los modelos que gestaron tantos exitosos tenistas.

En este punto es noble señalar que a otras naciones con prestigiosas tradiciones no les ha ido mejor que a Argentina. Sobre todo si se considera una gran ventaja para aquellas asociaciones que organizan grandes torneos en sus territorios. En Estados Unidos se llevan a cabo uno de los cuatro Grand Slam, cuatro master 1000, un 500 y varios certámenes ATP 250 y challengers. Con alta competencia, infraestructura e inversión, treinta y dos veces campeón de Copa Davis, la primera potencia del mundo no ha logrado reemplazar a la era dorada que se fue consagrando vencedora en etapas sucesivas con campeones de la talla de McEnroe, Connors, Agassi, Sampras, Courier, Chang y el propio Roddick entre otros. Con un presente auspicioso en damas y en dobles su mejor exponente en singles es John Isner de 28 años y en el puesto 13 en la actualidad. Luego sólo otros tres coterráneos suyos figuran en el top 100: Sam Querrey (57°-26 años), el ascendente pero desconocido Bradley Klahn (64°-23) quien ha trepado hasta dicho puesto basado en cuatro consagraciones y otras tantas finales a nivel Challenger en los últimos tiempos, y Donald Young (81°-24). Aunque la apuesta es la consolidación de un lote de jóvenes que no superan los 22 años y que asentados en el top 200 cuentan con la mencionada ventaja de poder codearse con los de arriba en los diversos torneos que se disputan en Estados Unidos: Sock (102°-21), Kudla (106°-21) Harrison (117°-21), Williams (153°-22) y Sandgren (187°-22).

Con menos competencia que en Norteamérica, pero igual tradición y organizador de un Grand Slam, la perspectiva de Australia es una apuesta ya y otras en el futuro no mediato. Aún el enorme batallador y ex número 1 Lleyton Hewitt (33 años) da pelea y es el mejor rankeado (41°) gracias a un gran comienzo con título en Brisbane incluido. De los otros tres australianos en el top 100, Ebden y Matosevic suman más de 25 años cada uno, por tanto la gran esperanza a corto plazo es el joven Bernard Tomic, de 21 años y afectado y operado de una lesión que lo mantiene lejos del circuito tras la gira en Oceanía. Su gran apuesta, además de la del interesante Duckworth (147°-22 años), es foguear a dos jóvenes talentos que no superan los 18 años de edad: Nick Kyrgios (226°- 18 años) y Thanasi Kokkinakis (406°-17). Esa es la esperanza para un país con 28 Copa Davis, pero que hace más de una década (2003) no levanta la ensaladera.

Con todo, aún con las mejores competencias, intenciones, inversiones e infraestructura, convertir a una joven promesa en tenista de elite, no es un camino lineal ni una acción-efecto (resultado) asegurado de antemano.

Sudamérica

Si como se vio, potencias como Estados Unidos y Australia no logran encontrar la fórmula para "crear" un Federer, Nadal, Djokovic o Murray, menores son las posibilidades en países con menor inversión, infraestructura y competencia. Juan Martín Del Potro es el único top ten americano, y hace un tiempo su entrenador Franco Davin contabilizaba cuantas horas y días más le habían demandado viajes y traslados al tandilense respecto a sus pares europeos o estadounidenses. "Éstos pierden en primera ronda y están en sus casas en pocas horas, yo no", agregó Juan Martín.

Dicho aspecto parece menor, sin embargo así como ha influido en la mayor demanda de tiempo de descanso para el tandilense, también lo es en dinero para quienes intentan competir en otros continentes. La paradoja argentina es que mientras el país alcanzaba índices históricos de desocupación y pobreza en el contexto de un ajuste neoliberal sin precedentes durante la década de 1990, uno de sus elementos fue la convertibilidad uno a uno del peso con el dólar, lo que de manera ficticia mantenía un tipo de cambio de igual valor que la moneda estadounidense, y con ello facilitaba viajar al exterior para disputar torneos.

En la actualidad, con matices y opiniones divergentes, los números han mejorado pero el tipo de cambio que debe pagar un chico que desea insertarse en Estados Unidos o en Europa es de uno a diez como mínimo. Esto inhibe sobremanera la realización de viajes y aumenta la necesidad de un circuito regional competitivo para poder estar a la altura de las potencias, caso contrario el roce de un tenista de 20 años será menor respecto a un norteamericano o europeo.

¿Por qué han surgido grandes jugadores en Latinoamérica?

Difícil asegurar los factores que permitieron surgir a los Andrés Gómez, Marcelo Ríos, Gustavo Kuerten o al propio Guillermo Vilas. Sin embargo, este último se adjudica con justicia despertar un "boom" popular del otrora "deporte blanco" en la Argentina. Allí el tenis pasó de ser un esparcimiento de las elites a un entretenimiento popular. Y esto puede explicar porque desde entonces dicho país ha sido un "semillero" o "cantera" importante de grandes jugadores. En la Argentina Vilas y después Gabriela Sabatini han fomentado la multiplicación de jugadores amateurs y canchas disponibles. Es decir que con una densidad poblacional inferior a Europa, los sudamericanos cuentan desde entonces -con vaivenes- con miles de jugadores que compiten en clubes o simplemente lo practican como deporte en los tiempos libres. El legado de Vilas fue tan claro, que la legión argentina que se consagró en la década pasada contaba con dos Guillermos! (Coria y Cañas).

Con todo, la infraestructura y las inversiones no han acompañado el "boom" del tenis, dado que si se atienden las superficies donde se disputan los grandes certámenes, es sencillo concluir el predominio del cemento, acompañado en mucho menor medida por las giras en tierra batida, carpeta bajo techo y césped. Por tanto un jugador que pretende llegar a la cima, no puede prescindir de un importante dominio de los movimientos, golpes y efectos ideales para el cemento. Sin embargo, en la Argentina la predilección por el polvo de ladrillo hace que más del 90 por ciento de las canchas sean de clay, casi nulas las de cemento y algo nunca visto la práctica del tenis bajo techo. Eso explica el perfil del jugador argentino con las excepciones de Nalbandian y de Del Potro, el primero porque en su Unquillo natal la familia construyó dos campos de cemento cuando era niño y el segundo porque su biotipo ya vislumbraba lo aconsejable de una formación en superficies duras.

Argentina y los años perdidos

No son pocos los que afirman que la Asociación del Tenis Argentino (AAT) procedió durante la última década como si los talentos tenísticos brotarían por siempre y ante la sequía de un recambio que garantice un top ten, las falencias cometidas emergen con mayor claridad. Es difícil sostener una afirmación definitiva en función de lo ya escrito, es decir, aún haciendo todo bien, hay algo de azar y de talento natural que no se aprende ni se puede gestar.

Sin embargo, curiosamente en el Río de la Plata la cuestión se evidenció con el conflicto por la Copa Davis, cuando la dirigencia le achacó a Del Potro su negativa a disputarla, entre otras cuestiones por el dinero que dejaba de ingresar a las arcas de la AAT y que supuestamente se destinaba a la formación de juveniles. Más allá de la hipocresía y malicia del exabrupto, la acusación contra Juan Martín no hace más que abrir el interrogante acerca de donde fue a parar el dinero de más de una década de éxitos a nivel Davis, entre los cuales se cuentan tres finales disputadas, una de ella de local (2006: Rusia; 2008: Mar del Plata y 2011: España). Año tras año con series a estadio completo no hacen más que poner en jaque a la dirigencia albiceleste, expuesta aún más al ser cuestionada por el propio "Tito" Vazquez, ex capitan y formador de juveniles de la AAT.

No es menor que la defensa de la postura de Del Potro por parte de Vázquez y sus críticas hacia la dirigencia por "retarlo" al permitir que tenistas jóvenes se entrenaran con el tandilense, forzaran su salida del cargo. Estas desavenencias podrían no influir en el tema central de esta nota, pero difícilmente pueda surgir una gran figura, con dirigentes que desaprovecharon "el" gran momento. Como ejemplo de algunas malas decisiones cabe citar la cobertura del ATP de Buenos Aires en PDB, cuando se consignó que los cuatro invitados de la clasificación recayeron en cuatro extranjeros, dos de ellos doblistas sin ranking de singles, otro con ranking 900 y el último para el japonés Daniel Taro, top 200, segmento donde hay muchos tenistas argentinos en condición de haber recibido la oportunidad de pelear por ingresar al único ATP 250 que organiza dicho país.

Con este panorama, tipo de cambio desfavorable, dirigencia "lenta de reflejos" y escasa infraestructura e inversiones, para que en la Argentina surgiera un Nalbandian o un Del Potro pareciera que se necesitaría un milagro, que apareciera un iluminado, un dotado, un talento de tal magnitud que pudiera romper con cualquiera de los obstáculos que en la actualidad se le presentan a los jóvenes rioplatenses. Casi un imposible, pero en el deporte ese concepto no existe...

En el próximo envío:

- Otros casos sudamericanos.

- Las ventajas y desventajas regionales actuales para que un jugador de el salto al profesionalismo.

- El vacío post figuras ilustres.

La Crisis del tenis sudamericano. Parte I: La presentación del escenario. Argentina y sus malos augurios