
La eliminatoria de semifinales de Copa Davis tiene ingredientes más que suficientes para ser atractiva por sí misma, tanto la de España-Francia como la de Serbia-Argentina. Sin embargo, no podemos negar que uno de los alicientes más poderosos de estas series es volver a ver en el mismo equipo de Davis a Juan Martín Del Potro y David Nalbandian.
Los dos mejores jugadores de Argentina siempre han sido conscientes de que lo son y eso les ha llevado, en ocasiones, a enfrentamientos entre ellos. Sus disputas están más que documentadas en los medios de comunicación argentinos, aunque parece que tres años más tarde de aquellos incidentes que les quitaron la sonrisa, todo el mundo ha decidido "correr un tupido velo".
El escenario de la discordia fueron los preámbulos de la final de Argentina contra España en noviembre de 2008. Por entonces, David Nalbandian acababa de salir del Top 10 (era el nº11) y Juan Martín Del Potro, con 20 años recién cumplidos, le había superado en el ránking mundial (nº9). En cuanto a la Davis, Del Potro se había convertido en el héroe de las semifinales contra Rusia al ganar el partido del desempate ante Igor Andreev; Nalbandian perdió el suyo contra Nikolay Davydenko pero también es cierto que había ganado todos los que había jugado hasta entonces. Tal y como se puede ver a partir del minuto 1'02'', todos estaban contentos.
En definitiva, Argentina no tenía un nº1 y un nº2, sino dos números uno. Y esto fue tan positivo como que llegaron a la final de la Davis como favoritos... hasta que se empezó a hablar de dinero.
David Nalbandian, natural de Unquillo (Córdoba), quería llevar la eliminatoria a su provincia. Su insistencia se debía en gran parte a que se le había prometido cierta cantidad en metálico si la Davis se celebraba allí pero finalmente, los responsables de la organización en Mar de Plata, pusieron más dinero y la final se celebró allí.
En cuanto al premio de la final, Nalbandian sentía que, de ganar, él merecía la mitad y el resto se debía repartir según la actuación de sus compañeros. Además, el finalista de Wimbledon en 2002 creía que los jugadores tenían que demandar una mayor cantidad económica, algo a lo que no se sumó Del Potro; lo que le valió, según las malas lenguas, el calificativo por parte de David de "cagón".
Hasta la noche anterior a la final de 2008, no estaba resuelto el tema económico. Y realmente, no se sabe muy bien cómo se resolvió. Los compañeros de Nalbandian se quejaban de que hasta el capitán de aquella época, Alberto Mancini, obedecía a los caprichos de David. Y no sólo eso: se llegó a acusar a Nalbandian de haber llegado a las manos con Agustín Calleri tras perder el dobles ante España, y de haber vetado a Guillermo Cañas del equipo después de que en los entrenamientos de semifinales de la Davis, Cañas le diera un pelotazo inintencionadamente.
En el equipo argentino reinaba un ambiente al que, años más tarde, gente como Gastón Gaudio echaría la culpa de que no se ganase la final de la Davis. La lucha de egos pudo con un espíritu de equipo no llegó a existir.
Tras la Davis, la relación entre Nalbandian y Del Potro se hizo visiblemente más fría, aunque nunca dejó -al menos en apariencia- de ser cordial. En 2009, de hecho, se encontraron en el Masters 1000 de Indian Wells y decidieron, con bastante buen resultado, jugar dobles.
Desde 2008, no han vuelto a coincidir en Copa Davis. La cadera de Nalbandian en 2009, la muñeca de Del Potro en 2010 y de nuevo las lesiones para David en 2011, han hecho que hayan tenido que jugar juntos por Argentina desde aquella final de Mar de Plata. Este fin de semana, estos dos grandes jugadores tienen una nueva oportunidad de hacer historia para su país.
Esta semana, en los entrenamientos, Nalbandian y Del Potro no han llegado a jugar juntos pero sí el uno contra otro. Se ha visto una ambiente bastante distendido que la Asociación Argentina de Tenis se ha encargado de ilustrar de manera abundante con un montón de vídeos subidos en YouTube.
La AAT se ha empeñado, con evidente buen criterio, en lanzar esa pequeña campaña mediática de "aquí no ha pasado nada" pero es inevitable que hoy, en cuanto Nalbandian salte a la pista ante Novak Djokovic, todos estemos atentos a cada gesto de Del Potro desde la grada para intentar descifrar si queda algo rencor, si alguna vez realmente lo hubo o si todo queda perdonado. Y también veremos cómo juega el "Rey David", claro.