
Madison Keys daba la sorpresa a nivel mundial en lo que va de año con su gran triunfo en el Open de Australia 2025. La americana no duda en compartir cómo ha sido esta experiencia para ella, la importancia de esa obsesión por ganar un Grand Slam, su evolución no solamente como jugadora, sino como persona fuera de las pistas y la presión con la que convivía y de la que ha podido liberarse en estos últimos meses.
La mayor sorpresa que se lleva de Melbourne
"Lo que más me sorprendió fueron mis emociones. Creo que nunca antes había llorado de felicidad en una pista de tenis", recordaba Keys en una entrevista con Elle. "Llegué a pensar: 'Si nunca gano un Slam, ¿la gente me considerará una fracasada?' La terapia me ayudó, y diría que empecé a ver mejoras el año pasado. Había trabajado mucho y el progreso fue lento, pero al final empezó a darme más y más confianza...".
Más allá del tenis
"Me repetía a mí misma: 'Busco el progreso, no la perfección'. No se trata sólo del tenis. Se trata de intentar ser mejor como persona, y no, ya sabes, intentar ser mejor sólo en el rendimiento... A veces me sorprendía estar sentada en una sesión, y algunas de las cosas que decía ni siquiera sabía que las estaba reteniendo".
"Creo que es casi un equilibrio entre las dos cosas. Me gusta salir a la pista teniendo un plan, aunque sólo sean las dos primeras bolas. Quiero ser una persona feliz y equilibrada. Creo que, si puedo hacer eso, el tenis se vuelve más fácil". Madison demuestra así un progreso espectacular con la prueba firme de su éxito en Australia. En el mejor ranking de su carrera, Keys buscará encontrar ahora la consistencia, aunque ya tiene gran parte de lo que necesita para seguir escalando en la clasificación y sumando triunfos en su historial.