
Seguramente, Alejandro Davidovich recuerde este 14 de enero de 2025 de una manera especial para el resto de su carrera ya que hoy se han producido varias “primeras veces”, de esas que son especiales, y que nunca olvidará. No solo ganó al fin a Auger-Aliassime después de cuatro enfrentamientos, sino que se metió por primera vez en tercera ronda del Open de Australia y levantó, también por primera vez, un partido que se le puso dos sets a cero abajo.
El malagueño, que ya sabemos de lo que es capaz cuando está enchufado y su tenis y su cabeza le acompañan, ha tenido una de esas grandes noches para dejar fuera de juego a uno de los hombres que llegaban en mejor forma al Open de Australia. En un encuentro que terminó pasada la 1 de la madrugada en Melbourne y tras casi cinco horas de pelea, Foki comprobó que nunca es tarde para volver a creer y soñar a lo grande en un evento como este.
“Ha sido un partido donde los dos hemos dado un alto nivel. Seguramente, sea uno de los encuentros que más satisfacción me ha dado. Nunca había remontado dos sets a cero abajo. La fortaleza que saco de este partido es tremenda. De confianza, de seguir luchando porque cualquier cosa puede pasar”, comenta Davidovich para los micrófonos de Eurosport, cuando el reloj pasa de las dos de la mañana en Melbourne.
Orgulloso de su logro, Foki prefirió no saber el nombre de su siguiente rival, y destacó su preparación para ganar un partido como este ante Auger-Aliassime. “Han sido casi cinco horas de partido. No me puedo ni sentar, porque puede que me dé calambres. Estoy más cómodo así. El día de descanso de mañana puede venirme bien. Me trataré con mi fisio y seguramente esté a mi 100% otra vez. Me he preparado mucho para estos partidos y se ha visto hoy, que no he tenido amago de rampa en ningún momento y he estado al 100%”.
El malagueño también se refirió al momento curioso de la jornada, cuando se tuvo que suspender momentáneamente el partido debido al ruido que provenía de la cancha de al lado. Así lo explicó él. “Estaban jugando unos franceses en la pista de al lado y teníamos la grada justo a la izquierda. Ya sabes cómo es el público francés, que la lía gorda, y era imposible jugar. En cada punto de ellos animaban mucho y mientras estábamos en los rallies empezaban a gritar y los dos decidimos cambiar de pista porque era imposible jugar concentrado”.