Han pasado cerca de dos años, pero para muchos sigue siendo un momento reciente. Roger Federer colgaba la raqueta hace ya dos temporadas, momento duro, pero al mismo tiempo bonito, que ahora recuerda el suizo. Federer habla sobre esos últimos momentos en pista, su relación con Rafael Nadal, su rivalidad con Novak Djokovic y sobre sus últimos años de carrera.
Su retirada junto a Rafa Nadal
"Ese momento significa mucho. Para mí, personalmente, fue una manera de darle las gracias a Rafa. Sin hablar. Era una forma de demostrarle lo mucho que significaba para mí que estuviera allí. Sabía que su mujer estaba embarazada y él tuvo problemas físicos después del US Open. Por eso le dije antes que a los demás que iba a retirarme y le pregunté si jugaría dobles conmigo. Cuando estábamos sentados juntos y cantaba Ellie Goulding, las cosas se calmaron, pude asimilarlo todo un poco. Pensé que qué suerte había tenido en la vida para poder vivir todo eso", explica Roger en una entrevista con WELT.
"Siempre estamos en contacto. Es una fase complicada para él, pero creo que lo ha hecho muy bien durante toda la temporada de tierra batida, sabiendo que no había jugado durante mucho tiempo. Me preocupaba un poco que no volviera tan bien. Como perdió contra Alexander Zverev al principio de Roland Garros, ahora puede tomarse las cosas con más calma antes de los Juegos Olímpicos. Por supuesto, le deseo todo lo mejor".
Su situación en los últimos años de carrera
"Fue una pena que al final no mejorara, pero al mismo tiempo, también estaba agradecido. Tenía 35 años cuanto tuve que operarme por primera vez en 2016. Creo que el cuerpo tiene fecha de caducidad. En los últimos años, me he dado cuenta de que nunca he salido de ese círculo vicioso, pero tampoco pasa nada. A día de hoy ya estoy recuperado", dice Federer, quien recuerda cómo fue su último choque en el circuito. "La última media hora contra Hurkacz fue absolutamente dura. Sabía que ya no quedaba nada, no era el mismo. Me di cuenta de que se acercaba el final. Me vino como una avalancha. Luego se acabó y tuve que ir a rueda de prensa. ¡Qué horror!", explica Roger.
Si estuviera sano para jugar un partido, ¿contra quién sería?
"Sería en una final, eso seguro. Si tiene que ser un jugador en concreto, Pete Sampras. Es simplemente mi ídolo, ningún rival de la generación que conocemos ahora puede ofrecer eso. El partido contra Sampras en Wimbledon 2001 fue el partido de los partidos para mí. Sabía que no se podía superar. Fue la mejor época de mi vida, la que echo más de menos, con Henman, Kafelnikov, Moyá, Sampras y Agassi. La segunda parte de mi carrera fue con los más jóvenes, las rivalidades eran más o menos las mismas. También fue una gran época".
Sobre su rivalidad con Rafael Nadal y Novak Djokovic
"La primera vez que jugué con Novak en Mónaco, no recuerdo que tuviera gran repercusión. No se hablaba de que pudiera reescribir los libros de historia. Con Rafa fue diferente, había más fuerza tras él. Cuando jugué contra Novak, aún tenía algunos errores técnicos, época en la que los mejores jugadores solían ser los que tenían mejor técnica. Él no era necesariamente así. Luego consiguió equilibrar las cosas, llegó la nueva tecnología de las raquetas, que ayudó a la generación posterior a la mía. Había que jugar de otra manera. Yo fui la transición y Novak fue el comienzo de la nueva generación. Es increíble lo que ha conseguido".