Aunque en ocasiones echa de menos el tenis y no quiere desaparecer completamente de la escena, Roger Federer confiesa que su retiro fue en parte un alivio. El suizo explica algunos detalles de su carrera profesional que se le empezaron a hacer cuesta arriba en sus últimos años de carrera.
"Estoy muy, muy feliz, la retirada ha ido muy bien. Fue una sensación extraña, pero algo bueno también. No me había sentido bien en los años previos al final, así que fue un gran alivio", explica Roger Federer en una entrevista con People, en la que confiesa lo que sintió a la hora de colgar la raqueta. "Mucho de lo que no se ve sobre ser tenista profesional, y que quizá podría parecer poco, es en realidad mucho trabajo. Están los medios de comunicación, pero también están los controles antidopajes, por ejemplo. Tenemos que hacernos las pruebas antidoping todo el tiempo y dedicarle una hora de nuestro día", asevera el extenista suizo.
SOBRE LAS PRUEBAS ANTIDOPAJE
"Venían todos los días, así que te despertabas y te imaginabas que vendrían a hacerle las pruebas en el dorso de la mano, sabías que perderías una hora de tu vida. Ahora, por fin, sabes que nadie llamará a tu timbre a las 7 de la mañana para venir a hacerme el test. Todas esas pequeñas cosas como esta, se fueron acumulando y en realidad se volvieron cosas bastante grandes", dice el suizo, quien explica como todos estos pequeños aspectos de ser tenista profesional le fueron cansando cada vez más hasta oficializar su retiro, que se hacía efectivo el 23 de septiembre de 2022.
Aun así, el mismo Federer confiesa que quiere seguir pendiente del circuito, tal y como ha mostrado en múltiples ocasiones. Le gusta seguir todos los resultados de los partidos, y además confesaba que seguramente estará en el próximo Wimbledon, aclarando que es un deporte que ama.