Emiliana Arango, una nueva estrella colombiana brilla en el firmamento

Desgranamos la historia de Emiliana Arango, la gran revelación del WTA 1000 de Guadalajara. ¿Quién es esta sensacional colombiana?

Carlos Navarro | 21 Sep 2023 | 18.30
facebook twitter whatsapp Comentarios
Emiliana Arango. Fuente: Getty
Emiliana Arango. Fuente: Getty

El torneo de Guadalajara, plagado de bajas de élite, ha acabado dando la oportunidad y el testigo a la savia nueva del circuito femenino. En rondas finales aparecen nombres casi desconocidos para gran parte del público, entre los que destaca una colombiana que ha sorprendido a propios y extraños. ¿Quién es Emiliana Arango?

Probablemente muchos aficionados se hayan sorprendido al ver a las ocho mejores jugadoras del WTA Guadalajara 2023. Todo un torneo de categoría WTA 1000 con nombres como Ons Jabeur, Maria Sakkari, Caroline Garcia, Victoria Azarenka o Sofia Kenin... y, junto a todas ellas, una pequeña colombiana que brilla con destreza, coraje y un tenis repleto de variantes y recursos. Emiliana Arango es uno de los nombres propios de la semana. La de Medellín ha firmado en las pistas mexicanas su primera victoria ante una top-30, derrotando a Anastasia Potapova; su primera victoria ante una campeona de Grand Slam, superando a Sloane Stephens y, por último, se ha convertido en la primera colombiana en llegar a unos cuartos de final de un torneo de esta categoría en casi más de 20 años (Fabiola Zuluaga, Berlín 2004).

No solo eso: lo ha conseguido partiendo desde una difícil casilla de salida, la posición #180 del ranking WTA, y con una mochila llena de piedras en su espalda, piedras en forma de lesiones que han dificultado su progresión y crecimiento una y otra vez. Llegó a ser top-10 del mundo junior, alcanzó las semifinales del US Open en dicha categoría en 2017... pero el sueño parecía esfumarse, con un cuerpo (1,72 de altura) demasiado débil como para soportar la exigencia del circuito profesional. De hecho, su primer gran torneo WTA acabó con el amargo regusto de una lesión: alcanzó con 17 años los cuartos de final del WTA de Bogotá, en casa... solo para retirarse antes de dicho partido y pasarse seis meses lesionada.

"Sufrí muchísimo, no fue nada divertido. Lo pasé muy mal durante mucho tiempo, volvía a jugar y seguía sintiendo dolor. Necesité cierto tiempo para volver a sentirme fuerte, y aquellos momentos le quitaron la diversión a este deporte. No podía pegarle a la derecha como quería, la gente apuntaba a ese golpe y me hacía sentir insegura, no era una buena sensación", explicaba la colombiana a la WTA. Pero Arango volvió, tras colocarse fuera del top-1000, a finales del 2019... y su progresión volvió a verse frenada de golpe, en este caso por la llegada del COVID-19. Y tiempo después, entre noviembre de 2021 y mayo de 2022, sufrió una lesión de rodilla que la volvía a alejar de sus objetivos y fastidiar su crecimiento. Sin respiro.

"Aprendí que tengo una gran resiliencia. Aprendí que he pasado por todo y, aún así, sigo siendo capaz de trabajar tan duro como para llegar mi juego a un nuevo nivel y trabajar para ser mejor. Ahora he cambiado mis ejercicios físicos, probando nuevas cosas y trabajando de forma diferente. A finales de 2022 por fin pude hacer una buena pretemporada, y eso se está notando". Para saborear verdaderamente los grandes momentos, pasar por situaciones complicadas resulta algo prácticamente ineludible. Arango, en los suyos, agradece un elemento en especial: su familia.

"NO ESTARÍA AQUÍ SIN ELLOS"

El último gran tramo de lesiones de la colombiana llegó cuando aún había sido incapaz de formar parte del top-200, lo que la dejó con posibles problemas financieros, sin ningún colchón que soportase una ausencia tan grande de las pistas. En un país lejos de ser una potencia económica, los problemas podrían multiplicarse... y ahí apareció la familia de Arango, para ayudarla sin más pretensiones que el amor y la pasión por este deporte. "Me considero alguien muy afortunada por tener una familia que me apoya. Mi madre, sus padres, mis hermanos... todos me ayudaron. No tengo palabras para agradecérselo. Sin ellos no estaría aquí. Saben de dónde vengo y cómo he llegado aquí".

Emiliana no está sola en el circuito. Ha crecido cerca de la otra gran referente del tenis colombiano femenino, una Camila Osorio a la que conoce a las mil maravillas. "Nos vimos por primera vez cuando teníamos 7 u 8 años. Jugamos un torneo junior en Colombia y nos vimos las caras en la final. No sabía nada sobre ella pero todo el mundo me decía que iba a perder, que era buenísima. Recuerdo pensar que no tenía ni idea de quién era, pero que no iba a perder. Y conseguí ganarle. A partir de ahí, crecimos juntas y seguimos jugando. Es una persona muy divertida, muy graciosa y muy tranquila. Creo que todavía no ha encontrado su mejor nivel, que tiene mucho más tenis que dar". Su objetivo y su sueño, claro, es hacer crecer el tenis en Colombia. Esta madrugada, en cuartos de final contra Maria Sakkari, tendrá una nueva oportunidad de sumar más exposición y más grandes momentos para su país.