Hace apenas unos meses, Andrey Rublev conquistaba su primer título de Masters 1000 en Montecarlo. Su evolución en el aspecto mental se aprecia a lo largo de los años y da sus resultados, aunque el ruso sigue viviendo momentos de frustración cuando no le salen bien las cosas.
Un aprendizaje constante
“Cuando más éxito he tenido es cuando todo está conectado, el juego, el estado de ánimo, la actitud… Cuando todo está más o menos en equilibrio es cuando consigo los mejores resultados. Todavía estoy aprendiendo a tener una mentalidad positiva. Normalmente, la mayor parte del tiempo, es lo contrario. También me gustaría saber cómo seguir siendo positivo cuando no eres capaz de ganar todas las semanas. Hasta ahora todo lo que he intentado no funciona. Por eso también busco respuesta a esta pregunta”, explica Andrey en una entrevista con The Tennis Circle.
¿Cuánto le cuesta volver a tener una buena mentalidad?
“Depende del torneo, de la derrota. En el pasado, en la mayoría de torneos me ha llevado unos cuantos días, pero ahora es diferente. Ahora se trata más de la oportunidad que he tenido. Algunos partidos me los tomo con más calma porque quizá estaba muy cansado, jugando sin parar. Por ejemplo, en el torneo de Hamburgo, claro que estoy decepcionado, pero entiendo que no pudiera rendir bien porque estaba muerto de cansancio. Después de algunos partidos fue muy duro, como los del año pasado en Roland Garros, US Open y Turín”.
Sobre los sacrificios que tiene que hacer un tenista
“Los sacrificios son diferentes para cada uno, depende de los hábitos de cada persona, pero creo que el mayor sacrificio es que tienes que ser egoísta contigo mismo, hacer cosas que a veces no quieres hacer, pero que son mejores para el tenis. A lo mejor quieres irte una semana con tus amigos, llevas tiempo queriendo hacerlo, y tienes que dar un paso adelante y decir: ‘No, es la única semana que tengo para entrenar y prepararme para los torneos’. Tienes que dar prioridad al tenis.
Si un día no me encuentro bien para entrenar, normalmente no lo hago, pero no hay muchos días en los que ocurra. Normalmente, solo me salto los entrenos si estoy malo o completamente muerto. Si es un día normal durante la semana, es muy simple. Me encanta el deporte y disfruto entrenando. No necesito realmente encontrar una motivación para ir a entrenar”.