Las lesiones son el mayor problema que puede tener un deportista, sobre todo cuando se produce en un gran momento de forma, justo lo que le sucedió a Alexander Zverev, que siete meses después de reaparecer en el circuito sigue siendo una sombra de lo que fue y con cada vez menos sensación de ir a recuperar su mejor tenis.
Alexander Zverev llegaba al ATP Bastad con la intención de adquirir confianza para este segundo tramo de la temporada. El alemán partía como uno de los favoritos para hacerse con el título y dar ese paso que anda buscando desde que comenzó la temporada. Ganar un título podría servir a Zverev para sentirse de nuevo capaz de luchar contra los mejores, pero lo cierto es que cada vez que llega un gran partido está muy por debajo de lo esperado. En nada se parece al de antes de la lesión, que solía dar la talla en todos los encuentros, pues no se debe olvidar que tenía contra las cuerdas a Nadal en semifinales de Roland Garros y una ronda antes se había cargado a Carlos Alcaraz.
Tristemente, ese Zverev hoy queda muy lejano. Tras su derrota ante Andrey Rublev (6-2 y 6-3) son ya ocho encuentros seguidos ante top 10 los que ha perdido. No ha conseguido ninguna victoria ante este selecto grupo de jugadores, pero lo peor no es eso, sino las sensaciones que ha dejado en cada uno de estos choques. Fritz, Alcaraz, Ruud, Medvedev en tres ocasiones y Rublev en dos, son los tenistas del top 10 que han derrotado al alemán y han abierto esta racha tan negativa.
Aunque el verdadero problema es que la mayoría de esos duelos los ha perdido de manera muy clara. Solamente ante Medvedev en Indian Wells y en Montecarlo (donde sacó dos veces para ganar y tuvo dos puntos de partido) estuvo el alemán cerca de llevarse el partido. En el resto de ocasiones cedió sin apenas oposición, sobre todo en las últimas, primero ante Alcaraz en Madrid, después contra Ruud en Roland Garros y ahora ante Rublev en Bastad. Zverev sigue sin acercarse a los top y su tenis no está haciendo nada de daño.
MOTIVOS PARA AMBAS COSAS
Por el momento, esta situación no es del todo alarmante pero empieza a preocupar, en especial porque en vez de acercarse al top 10 cuando se enfrenta a ellos, está cada vez más lejos de plantarles cara. Se ve superado en todo momento y si no fuera por su servicio quizás los resultados serían aún más abultados, No obstante, siete meses no son suficientes para coger el ritmo de crucero que tenía antes y sigue necesitando rodaje y confianza, pero el tiempo corre en su contra y se está empezando a convertir en un jugador de segunda fila, muy lejos de optar a títulos de Grand Slams, a los que era claro candidato antes de su lesión.
Su edad, 26 años, no le permite ir poco a poco, sobre todo porque la generación que está por detrás de él (Rune, Alcaraz, Sinner) viene pisando muy fuerte y son ellos quienes parecen estar más preparados para coger el testigo de Novak Djokovic y Rafa Nadal. De todos modos, el tenis es un deporte que cambia muy rápido y una victoria ante un top 10 en un gran escenario podría devolverle la confianza y acercarle al Zverev de antes. Todo parece más un tema mental, pues de su lesión de tobillo en teoría está totalmente recuperado.
Eso sí, lo que demuestran casos como el de Zverev (también el de Thiem) es lo difícil que es volver de una lesión y el mérito que tiene el Big 3 por haber sido capaces de volver de las lesiones al nivel que lo han hecho a lo largo de su historia. Todavía es difícil olvidar la reaparición de Federer y Nadal en 2017 o la de Djokovic en 2018, cuando todos los daban por enterrados y volvieron a demostrar que son los tres mejores de la historia.