
Mucho se ha hablado desde hace algo más de un lustro del relevo generacional en el tenis. El Big 3, que ya sí que sí se está apagando, aguantó el tipo mucho más tiempo del que se pensaba y se siguió repartiendo los grandes torneos por encima de la conocida como Next Gen, compuesta entre otros por Stefanos Tsitsipas. El griego era para la mayoría uno de los que cogería el testigo y junto a Alexander Zverev, Dominic Thiem y Daniil Medvedev lucharía por los Grand Slams.
En cambio, lo cierto es que el heleno sigue sin dar el paso adelante que se esperaba y ya se está viendo superado por la generación posterior a la suya, pues tanto Carlos Alcaraz como Holger Rune parecen más preparados en estos momentos que él para salir victoriosos en los mejores escenarios del mundo. De todos modos, a pesar de que Tsitsipas todavía no ha levantado ningún ‘major’, sí que sabe lo que es ganar las ATP Finals y dos veces el Masters 1000 de Montecarlo, por lo que se podría decir que no tiene un mal palmarés.
Sin embargo, ha perdido las dos finales de Grand Slam que ha disputado hasta la fecha y da la sensación de que cada vez va a ser más difícil verle llegar de nuevo a esta ronda, pues no ha sabido aprovechar el momento y los más jóvenes ya le tienen tomada la medida. Es más, en lo que va de año no ha logrado ninguna victoria ante el top 10, y eso que oportunidades no le han faltado, ya que ha disputado cuatro partidos en este 2023 contra jugadores con esa condición y todos han terminado de la misma forma.
ESTANCADO EN SU TENIS
Si algo destacaba de Tsitsipas es que año tras año progresaba y parecía estar dando los pasos indicados para ser un jugador que diese mucho que hablar en el futuro, pero últimamente todo eso se ha derrumbado y lo cierto es que no parece tener las armas necesarias para vencer a los mejores del mundo, pues mientras la mayoría ha progresado, como por ejemplo Medvedev en tierra, el griego tiene los mismos argumentos que años atrás y muchos ya saben como jugarle y reducir su tenis, como es el caso de Carlos Alcaraz, al que no ha ganado nunca y que pasó por encima de él en la final del Conde de Godó de este año.
Comparando sus números de victorias ante top 10 de este año con las del curso pasado a estas alturas, el heleno ya se las había apañado para vencer a dos de ellos (Rublev y Zverev) además de haber competido mucho más a Alcaraz en el Godó -le ganó un set-. Ahora, todo eso está bastante lejos para un jugador que suele cumplir cuando es superior, pero que no está encontrando resupuesta para la estrategia que le plantean los tenistas más en forma, que normalmente le cargan todo el juego a su revés, un golpe que no termina de convencer y con el que comete muchos errores.
Es evidente que en el caso de Tsitsipas este bajón no será por falta de trabajo, pues adora lo que hace, pero las continuas discusiones con su familia en el box -ante Medvedev le pidió a su madre que se fuera- y los roces que ha tenido con varios jugadores en el circuito como por ejemplo Kyrgios y el propio Medvedev, le están dificultando su progresión y llega a Roland Garros con bastantes dudas y sin ser considerado uno de los favoritos, lo que quizás pueda ir a su favor.
Lo que está claro es que a día de hoy Tsitsipas tiene muchos más rivales que hace unos años y bastante que mejorar si quiere ser competitivo ante gente como Rune o Alcaraz y seguir el camino de mejora que están haciendo los de su generación. Por el momento y a pesar de que ha llegado lejos en todos los torneos de la gira de tierra, le sigue faltando un extra cuando se enfrenta al top 10 y se le ve lejos de las expectativas que generó cuando alcanzó la final del pasado Open de Australia, no obstante, el tiempo dirá lo que le depara a Stefanos este 2023 donde todavía queda mucha tela que cortar.