
Era todo tan bonito que, desde fuera, parecía que nunca se acabaría el hechizo, pero a veces el camino tiene más curvas de las que uno espera. Nuria Párrizas y Carlos Boluda, tras firmar un 2021 espectacular donde la andaluza escaló más de 180 posiciones, han roto su relación profesional. Un periodo donde el éxito no ha sido suficiente para mantener su vínculo, ni siquiera el sentimental. La pareja separa sus caminos desde esta semana pero, ¿qué es exactamente lo que ha pasado? El técnico de 29 años nos lo cuenta en esta entrevista con Punto de Break.
“La relación se rompe en el torneo de Guadalajara, aunque ahí ya viajamos con un ambiente bastante malo”, asume Boluda vía telefónica. “Había dos opciones: o intentar recuperar el vínculo que siempre habíamos tenido, o la segunda, darnos cuenta que la situación ya era imposible de reconducir. Núria perdió el lunes (ante Schmiedlova) y eso ocasionó ciertos encontronazos que no me gustaron, así que decidí volverme a España. Cuando se superan ciertos límites ya no hay manera de sumar, así que el 21 de febrero fue nuestro último día de relación jugadora-entrenador”, señala el español.
Pero todo se vuelve más duro cuando la jugadora que dejas es al mismo tiempo tu pareja, aunque el amor entre los dos ya se había apagado hace tres semanas. “Lo personal influyó mucho, claro. Yo empecé a entrenar con ella porque era mi novia, estaba convencido de que podíamos hacerlo muy bien, pero lo hice sobre todo porque era mi pareja, sentía que tenía que ayudarle. Somos dos personas muy diferentes, aunque llegamos a estar muy compenetrados. Nos ha superado el desgaste de estar 24 horas juntos, cometimos ciertos errores y al final la relación se descontroló. Pese a ello, intentamos continuar con lo profesional, pero era muy complicado separarlo de lo personal, ya no funcionaba dentro de la pista”, revela Carlos.
De diciembre de 2020 a febrero de 2022. De arrancar en el puesto 230º a ser ahora mismo la 47º del mundo. “Los resultados han sido buenísimos, así que el balance con ella es muy positivo”, opina Boluda. “En lo personal me ha servido para darme cuenta que puedo ser un buen entrenador, era un reto muy grande, pero entre los dos nos pusimos manos a la obra para encontrar soluciones a todo lo que nos planteaba el circuito. Conseguimos crear un vínculo y una línea de trabajo donde con solo una mirada ya nos entendíamos, todo funcionaba. Los primeros cinco meses fueron duros, sé que soy un entrenador muy exigente, pero a partir de Wimbledon empezamos a recoger los frutos de todo el trabajo”, recuerda con aprecio sobre esta etapa.
Proyectos futuros
Tras anunciar su retirada profesional en esta casa hace un año y embarcarse en su primera aventura como entrenador, Carlos Boluda ha descubierto una nueva forma de estar unido al tenis. Le encanta entrenar y por eso no se cierra ninguna puerta. “Soy un apasionado de este deporte, me encanta mi trabajo como entrenador, así que estoy abierto a nuevos retos. Tengo mucha amistad con Javier Martí, alguien que entiende el tenis de la misma manera que yo. Siempre digo que cuatro ojos ven más que dos, así que estudiaremos de qué manera podemos colaborar en el futuro. Tengo máxima ilusión y máxima energía, estoy deseando que lleguen nuevos retos”, concluye.