Sebastian Korda y el sueño de ser número 1 del mundo inspirado en Safin
El joven estadounidense se erige en una de las más firmes promesas a nivel mundial y está demostrando poder jugar bien en hierba.


Resulta llamativo que un joven tenista capaz ya de haber ganado un título ATP a sus 20 años y que es hijo del que fuera ganador de Grand Slam, no reciba la atención mediática que otros jugadores de su generación sí tienen. Posiblemente no se está valorando como merece el excelso nivel de juego del que hace gala Sebastian Korda y la apabullante proyección que tiene la gran promesa del tenis estadounidense. Forjado en uno de los ecosistemas más propicios para jugar a tenis, como es Bradenton (Florida), el hijo de Petr ha podido compartir tiempo con una leyenda como André Agassi, así como técnicos reputados que vieron en su actitud ganadora y gen competitivo una base importante a partir de la que construir, tal y como se desvela en tennis.com.
Ha sido el estadouidense más joven en meterse en cuarta ronda de Grand Slam desde que lo hiciera Michael Chang en 1991, su tenis se amolda a cualquier superficie y hace gala de una exquisita movilidad teniendo en cuenta su gran envergadura. Uno de los secretos de su éxito ha sido la paciencia. "Desde muy niño supe que quería ser profesional, enfoqué toda mi vida a ese objetivo, pero mi entorno siempre me inculcó que lo importante era llegar, sin necesidad de hacerlo cuanto antes", desvela un chico que no salió de Florida para competir hasta que cumplió 15 años. "A mis padres les encantaba estar en casa, querían que disfrutara de este deporte sin sentirme presionado", comenta un tenista cuya madre, Regina Rajchrtova, también rindió a un nivel muy alto, llegando a ser 26 del mundo.
Su camino al profesionalismo es muy distinto al de la mayoría de jóvenes promesas
Korda fue un niño muy normal, que tuvo tiempo para jugar a hockey, golf, esquí, taekwondo, estudiar presencialmente en un instituto y tener amigos con los que salir y disfrutar de la adolescencia sin las restricciones habituales de un proyecto de estrella. Los que le conocen señalan que es un chico muy respetuoso y amable con todo el mundo, que se convierte en un huracán en la pista. Su juego de pies frenético y capacidad de acelerar la pelota le convierten en un jugador temible, incluso sobre hierba, una superficie en la que está destacando en sus primeras tomas de contacto. "Recuerdo ver muchos partidos de Marat Safin, me encantaba su forma de jugar. De hecho, aprendí mi revés intentando imitar el suyo", reconoce Sebastian.
Andy Roddick y John McEnroe hablan maravillas de él y su título esta temporada en Parma confirma que está preparado para elevadas cotas de éxito. Tiene margen de mejora en todos los aspectos del juego, pero resulta inevitable percibirle como la gran ilusión del tenis estadounidense. Con su potencial y un entorno que conoce tan bien los entresijos del tenis de élite, Sebastian Korda promete convertirse en un tenista a tener muy en cuenta en la lucha por la gloria a corto y medio plazo.