Batacazo de Muguruza en Flushing Meadows

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Con la moral por las nubes y también con los pies en la tierra. Así llegó Garbiñe Muguruza a Flushing Meadows hace unos días con la intención de hacer un buen torneo en el recinto neoyorkino. La explosión de confianza adquirida tras jugar la final del pasado Open de Australia no se tradujeron en sinónimo de aires de grandeza, pues la tenista hispano-venezolana fue consciente en todo momento de que ser una de las grandes favoritas al título y el haber ganado dos Grand Slams no le iba a reportar victorias fáciles, menos aún tras ver lo mucho que sufrió en su partido de primera ronda ante la japonesa Nao Hibino. Una vez superado el primer escollo, en segunda ronda esperaba la búlgara Tsvetana Pironkova, una tenista que no tiene ranking y que lleva alejada del circuito unos tres años y que, teóricamente, no debía entrañar grandes dificultades para la discipula de Conchita Martínez, que no se encontró nada cómoda sobre la pista 17.

Ya con el tiempo hemos aprendido que en el mundo del tenis no puede darse nada por hecho, y la influencia del estado físico de las jugadoras siempre es máxima. Garbiñe arrancó el partido a un gran nivel, rompiendo el servicio de su rival a las primeras de cambio y poniéndose rápidamente con un marcador de 3-1. Sin embargo, todo cambió a raiz del quinto juego. La española desaprovechó dos bolas de rotura y dio aires a una Pironkova que se metió de lleno en el partido. Muguruza no sólo no respondía bien a nivel físico, sino que tanto su derecha como su revés carecían de potencia y de esa mordiente característica cuando las cosas le van bien en los partidos.

A los problemas de Garbile se sumaba la creciente confianza de Tsvetana Pironkova, que no imaginaba para nada que podría no solo igualar el primer set, sino rápidamente obtener una segunda rotura que le hiciera ponerse por delante en el partido por primera vez y llevarse el primer set por un trabajado 7-5 en algo menos de una hora de partido.

El rostro de la tenista española estaba cada vez más desencajado y su feeling sobre la pista dura empeoraba en cada punto, por lo que la búlgara tenía todo a su favor para protagonizar una de las grandes sorpresas en lo que llevamos de torneo en el circuito femenino. Pironkova continuó mostrándose lo suficientemente acertada para vencer su servicio sin demasiadas dificultades, mientras que Muguruza continuaba con su festival de errores no forzados que posibilitaban que su rival rompiese su servicio en el ecuador de la segunda manga y abriera brecha en el marcador. Todos esperábamos el resurgir de campeona de Garbiñe, pero se quedó en intento y Pironkova se llevaba el segundo set y por tanto el partido. Muguruza tendrá que olvidarse de esto cuanto antes y comenzar a preparar su asalto para Roland Garros 2020.