Desde que puso en marcha el famoso blog Behind the racquet, todo el mundo se dio cuenta de que Noah Rubin era un perfil diferente dentro del circuito ATP. El estadounidense es un hombre de muchas inquietudes, de los que no pueden estar parados, algo que ha vuelto a demostrar en esta cuarentena gracias a su última iniciativa. En una reportaje elaborado por Tennis Channel, el tenista de Long Island explica su idea revolucionaria: dar clases online con particulares. La gente le envía vídeos realizando un ejercicio a cambio de su opinión y asesoramiento. Eso sí, no lo hace gratis. Tampoco hemos venido aquí a regalar conocimiento.
“Tuve esta idea en mi cabeza durante mucho tiempo. Estaba intentando crear algo en este momento tan complicado, atrapados ante una pandemia donde el contacto humano y las relaciones están mal vistas. Como había cancelado todos los entrenamientos y clases que tenía programados en las próximas fechas, pensé de qué manera podría formar parte de la vida de otras personas a través del tenis. Así surgió esta idea”, confiesa el jugador de 24 años.
¿Y cómo se puso a girar la rueda? Una vez más, las redes sociales le dieron la respuesta. “Lo publiqué en Instagram y en Twitter, también en Facebook, rápidamente respondieron unas 50 personas. Hice una hoja de cálculo con unos 25 nombres de personas con las que cerré las tarifas. Todo funcionó extremadamente bien, las personas de los vídeos son conscientes de que tendremos esta situación por bastante tiempo, así que pronto volveré a comentarlo en las redes sociales, es una actividad realmente genial”, señala el norteamericano, quien supo hacer negocio de una idea brillante.
“Antes ya daba clases de tenis, pero ahora he bajado el precio que cobro por ellas, el nuevo precio va de $30 a $35. La gente me manda sus vídeos realizando algunos golpes y yo les devuelvo otro vídeo con mi evaluación, también interactúo con ellos. Si desean un segundo comentario acerca del vídeo, entonces les cobro $10 más. Hace apenas unos días que comencé con esta práctica, tan solo lo he hecho con unas pocas personas, pero es algo divertido, además de una buena manera de seguir ligado al tenis en un momento así, donde no tengo a nadie a mi lado con quien compartir mi pasión”.
Rubin lo ha vuelto a hacer, ha sacado adelante un concepto revolucionario que seguramente mantenga tras el confinamiento. Incluso anima a otros deportistas a seguir sus pasos. “No sé cuántas personas tendrán las oportunidad de compartir su tiempo personal con un tenista clasificado entre los 200 mejores del mundo, de contactar con él, por eso me parece genial. Animo a mis compañeros de vestuario a que lo prueben. Los problemas que están pasando ahí fuera son más importante que todo esto, pero podemos aprovecharlo al máximo e intentar mantenernos sanos usando el tiempo debidamente. Podemos utilizar este tiempo para ayudarnos entre nosotros y hacer un futuro mejor cuando salgamos de esta situación”, concluye.