Puig, la depresión y cómo lidiar con el éxito

La tenista de Puerto Rico vuelve a sincerarse en su última entrevista. También habla detalladamente sobre su operación en el codo

Carlos Navarro | 2 Mar 2020 | 23.09
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Monica Puig vuelve a las pistas esta semana. Fuente: Getty
Monica Puig vuelve a las pistas esta semana. Fuente: Getty

En el tenis existen millones de casos de expectativas frustradas, de promesas incumplidas, de fracasos cara a un gran público que no ve lo que pasa por dentro. El caso de Monica Puig es especialmente significativo. Proveniente de una nación sin grandes ídolos deportivos en la modalidad tenística, su medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Río 2016 fue un absoluto shock en el país. La locura se desató y la figura de Monica se convirtió en una de las mayores personalidades del país. Eso, por desgracia, no siempre es bueno.

Puig se abrió en su última entrevista, realizada en La Nación, donde rememora ese proceso de asimilación de semejante éxito. Como ella misma cuenta, el recibimiento en su natal San Juan fue el principio de la pesadilla. Como ella misma afirma, imagínense llegar tras alcanzar tu mayor logro deportivo y encontrarte, de golpe, con más de 18 policías empleados como escoltas, unas calles absolutamente desbordadas y un júbilo que, además, contrastaba con la mala situación financiera y social por la que atravesaba Puerto Rico. Ese baño de masas destinado a hacer ver de la importancia de tu éxito se convierte en una especie de histeria colectiva que acaba metiéndose en tu cabeza, fijando unas expectativas totalmente irreales para lo que se avecina pronto.

Marcada por la presión y saber que hay un país detrás de ti en cada paso, Puig empezó su descenso, una espiral negativa basada en el estrés, en la presión. "Me costó volver a jugar. Estaba débil. La gente esperaba mucho de mí y yo no estaba preparada para poder calibrar eso. Solo había ganado un torneo y me llegó el éxito, pero no lo supe manejar. Me costaba sentirme bien y me di cuenta de que tenía depresión; estaba con mi familia y no podía disfrutar (...) Las redes sociales también me afectaron. Todo el mundo pone foto cuando está sonriendo y feliz, pero no es así. Muchos están enseñando una imagen muy falsa, le quieres mostrar al mundo lo bien que estás, cuando en realidad estás en la cama. Quiero que todos sepan que no todo es de color de rosa".

Monica, además, compara su situación con la de otros deportistas olímpicos que también han pasado por esos periodos de depresión: Michael Phelps, Missy Franklin y otros tantos como ella. Al fin y al cabo, pocas cosas más cargadas de simbolismo que unos Juegos Olímpicos. La medalla de oro puede ser una bendición, pero también un peso a la espalda que cargar que es muy complicada de sobrellevar. Esto lo detallaba la puertorriqueña con mucha viveza hace unos meses, cuando se sinceró en el portal Behind The Racquet: "En un momento estás en la cima del mundo y de repente terminas y simplemente no sabes lo que acaba de pasar. Es como un latigazo cervical. No pude encontrar formas de motivarme para jugar. Simplemente no sabía qué hacer conmigo misma. Hubo muchas ocasiones en que todo lo que quería hacer era llorar todos los días, en la cama, en una habitación oscura".

Ahora Puig se encuentra en otra etapa de su carrera. Superada esa depresión postítulo, la puertorriqueña ha conocido la otra cara del tenis: la fractura física en lugar de la mental. Tras pasar por el quirófano para operarse de un nervio en su codo derecho, toca hablar y afrontar la lesión con madurez y ganas de volver a poner el pie en la pista. "Había tenido problemas en el codo desde antes. Cuando tomaba semanas de descanso y arrancaba la pretemporada, tenía dolores, pero se me iban. En octubre me empezaron a molestar la muñeca, el codo y el hombro, pero creí que era cansancio. Descansé, volví pero me empecé a preocupar. Bajé la velocidad de mi bola, pero me molestaba en el impacto. Cuando me preocupé de verdad fue cuando no pude lavarme los dientes ni cepillarme el pelo por el dolor (...) Fui a ver a un especialista en Nueva York, me hizo tres resonancias, vimos el problema y me operaron. El golpe me ayudó a reflexionar y empezar de nuevo. Ahora aprecio más el tenis".