
Karolina Pliskova, campeona en Roma contra pronóstico, es una jugadora renovada, que entiende el juego y la competición desde otro prisma muy diferente. La edad y el camino elegido para matizar y reforzar su tenis han dado con una tenista más completa. Sin perder la esencia, la checa ha conseguido integrar lo que necesitaba, de la mano de Conchita Martínez, la última en llegar a un equipo que Karolina define como “muy fuerte”. Charlando con WTA.com, Pliskova dijo cosas realmente interesantes tras un gran inicio de temporada.
Un título, el de Roma, que llegó sin expectativas, una oportunidad para rendir mejor, sin presión. “A veces es mejor así porque no esperas mucho. Puedes jugar libremente, sin pensar en títulos o finales. Creo que esto quizás un poco me ayudó a llegar tan lejos. Por supuesto, no es que no sepa o no pueda jugar sobre tierra batida, pero en este torneo no he solido tener suerte y eso me ha ayudado.”
Para poder ver a Pliskova ganando títulos en tierra, todo tiene un proceso, técnico, táctico y mental. Para una pegadora, afrontar esa transformación, no es sencillo y Pliskova deseaba hacerlo en los últimos años. “Siento que ya no soy aquella jugadora superagresiva, ahora soy más paciente. No es que me haya convertido en alguien defensivo, en absoluto, pero digamos que estoy en un término medio. Simplemente no me sobrepaso en algunos tiros, trato de tener menos altibajos. Me quedo más en un punto medio, espero otras posibilidades, pero sé que tengo mis armas y creo en ellas. Cuando me siento bien, cuando estoy sana, mi tenis funciona”.
"Cuanto más mayor soy, más paciente me muestro"
Continúa la checa analizando qué ha cambiado en su tenis. “Creo que antes jugaba más libremente. Cuando miro hacia atrás, cuando tenía 18, 19 años, a lo mejor tenía un punto de break a favor y buscaba el winner. Ahora es un poco diferente. Siempre quiero darme la oportunidad de ganar el punto, no por no correr un riesgo, sino por construir un punto desde cero. A menos que alguien me haga un ace, siempre tengo una posibilidad en el rally. Ahora mismo me siento con confianza, me siento sólida desde la línea de fondo. Pero en realidad eso vino con los años. Cuanto más mayor soy, más paciente me muestro”.
No cabe duda que ha sido fundamental en ese cambio la llegada de la aragonesa Conchita Martínez, conocedora de una superficie y un ritmo de juego que a Pliskova le quedaban demasiado ajenos. “En algún momento decidí que tenía demasiadas personas de la República Checa a mi alrededor y me apetecía buscar a alguien diferente. Conchita es positiva, no importa cómo juego, ni que gane torneos, ella es muy positiva. Hasta ahora todo está funcionando. Siento que mi equipo es muy fuerte. Estoy feliz por eso.“
Ahora, Karolina mira a París con la confianza por las nubes, sabedora de que su tenis está preparado. “Sí, quiero dar lo mejor de mi para llegar lejos en París. Quiero hacer una gran preparación; siempre que llego antes al torneo me ayuda a acostumbrarme a las condiciones, a las bolas, a todo lo que pase. Llegaré el miércoles por la mañana a París, cuatro días antes de mi primer partido”.