El Djokovic de siempre tampoco puede con Nadal

Gran actuación del serbio en Roma que, sin embargo, fue insuficiente para frenar al español. Será la décima final de Rafa Nadal en el Foro Itálico.

Fernando Murciego | 19 May 2018 | 17.21
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En Puntodebreak encontrarás toda la actualidad y noticias de tenis, así como fotos de tenistas e información de los torneos ATP y WTA como los Grand Slam y Copa Davis.
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Como si nada hubiera pasado en estos dos últimos años, Rafa Nadal y Novak Djokovic nos regalaron este sábado un duelo infinito en Roma. La batalla de siempre enfocada en un primer set de infarto e influenciada notablemente en el segundo asalto. Ganó el español (7-6, 6-3) gracias a una mayor consistencia y regularidad en su raqueta, pero podemos decir que ambos salieron contentos de su ejercicio. El serbio ya recuerda cómo competir y ha vuelto a dar un paso al frente respecto a torneos previos. Al otro lado, el hombre que solo acepta la victoria como respuesta, buscará mañana su octava corona en la ciudad eterna ante Alexander Zverev o Marin Cilic. Una cita que le puede llevar de nuevo a lo más alto del ranking mundial.

Después de 71 minutos de batalla y castigos, Novak Djokovic se cogió un cabreo como hacía tiempo. Gritando, golpeando su raqueta y encarándose con su equipo técnico. Acababa de perder el primer set de la semifinal en un tiebreak de más errores que aciertos (7-4) y ahora le tocaba remontar al mejor jugador de la historia sobre tierra batida. Los datos decían que ambos habían ganado 38 puntos, pero ya saben que en esto del tenis el empate todavía no se permite. Fue un palo para el de Belgrado, pero un alivio ver su respuesta. Esa agresividad y ese carácter ausentes estos últimos meses, por fin aparecían en el campo de batalla, con la consecuente impotencia al finalizar el parcial. Eran solo pequeñas sensaciones tras un primer asalto de altísimo nivel.

Todos teníamos en la cabeza los 50 duelos previos entre ambos jugadores, pero no podíamos engañarnos, las cosas habían cambiado demasiado desde su último encuentro. Sin embargo, hoy Novak no quiso defraudarnos y eligió Roma, ante Nadal, para desplazar todos los fantasmas que le acompañan desde hace dos años. Tirando más duro, fallando menos bolas, tocando más líneas… al fin y al cabo, rozando la excelencia que requiere pelotear ante el número 1 de la tierra batida. A punto estuvo de romperle el saque nada más comenzar, aunque luego fue el balcánico quien tuvo que ir a remolque para no perderse en el trayecto. Sufrieron los dos, pero era lo que tocaba. Una victoria sencilla de Nadal hubiera sido un golpe definitivo a la moral de Novak. Si había que ganar, que fuera al límite.

Lástima (sobre todo para Nole) que la confianza sea la pieza clave de todo este entramado. Por eso en el segundo set fue imposible mantener la intensidad y terminara viéndose la diferencia actual de ambos jugadores. Por un lado, el hombre que llegaba con dos títulos bajo el brazo y con una derrota más que asimilada en Madrid. Por otro lado, el hombre que aterrizaba en Roma con un balance de seis victorias y seis derrotas en la temporada, en busca de un gran triunfo que le hiciera recuperar su estatus. Pudo haber sido hoy, de hecho, era justamente lo que le hacía falta al serbio. Pero por mucho que el público animara al balcánico, en busca de un tercer set, nada pudo hacer éste para frenar al siete veces campeón del Foro Itálico.

Luchó como nunca, o mejor dicho, como siempre. Pero no bastó. El cabreo del final del primer set se fue convirtiendo en frustración, lo cual le impidió aprovechar sus oportunidades de break y le llevó a hacerse vulnerable cuando era su posición la que estaba en riesgo. Eso lo supo leer el balear desde el comienzo, agarrando mejor que nadie las pequeñas ventajas y surfeando con experiencias ante los detalles cruciales. Fueron eso, detalles, los que subrayaron una vez más las diferentes posiciones que hoy en día ocupan Djokovic y Nadal. Dos leyendas que hoy nos regalaron otro enfrentamiento apasionante, atemporal, brillante, pero con un solo ganador. El de Manacor canjeará mañana el premio en forma de su décima final en el templo romano.