Análisis de la final de Montecarlo: Rafa Nadal vs. Kei Nishikori

Español y japonés no se ven las caras desde los Juegos Olímpicos de Río. Nishikori solo venció a Rafa en dos ocasiones (9-2), pero ninguna en tierra batida.

Mañana en Montecarlo tendremos una gran final y eso, viendo las últimas finales de Masters 1000, ya es algo importante. Rafael Nadal, el rey eterno del Principado, buscará defender su trono al mismo tiempo que amplía su leyenda frente a Kei Nishikori, un jugador apartado por las lesiones que amenaza con volver a rayar su mejor nivel. Esta semana, al menos, ya ha demostrado de lo que fue y de lo que sigue siendo capaz. Del otro no hace falta entrar en detalles, ya conocemos perfectamente las barbaridad que ha conseguido a lo largo de su carrera sobre esta superficie. Será la primera gran final del curso para ambos y, aunque todos sabemos quién es el favorito, en este deporte el rival siempre que le otorguemos ese 50% de opciones con el que, solamente por haber llegado a la final, le debería pertenecer.

El dato siguiente es tan bestia que lo mejor es que Nishikori no se meta a leer este análisis: 16 juegos cedidos en cuatro partidos. Es el balance del español en su camino hasta la final. Por su raqueta han pasado hombres de la talla de Khachanov, Thiem o Dimitrov, pero nada, ninguno pudo inquietarle lo más mínimo. Para que se hagan una idea de la comparativa, Marin Cilic cayó ante el japonés en los cuartos de final pero en su maleta le llevó 14 juegos del japonés, dos menos que la suma total de los que ha dejado escapar el de Manacor. Tampoco hay que desmerecer el camino de un Kei que tuvo que lidiar contra Berdych, Seppi o el mismo Zverev, los tres le llevaron a una tercera manga. Más desgasta para uno y camino de rosas para el otro.



Si miramos el H2H encontramos un 9-2 muy claro a favor del español, 3-0 sobre tierra batida. Aquella final del torneo de Madrid 2015 todavía chirría en algunas memorias, partido donde Nishikori estaba arrasando al balear hasta que una lesión cambió el guión del encuentro. Años atrás, Rafa ya le había explicado quién mandaba en arcilla en Roland Garros 2013, tal como repitió una vez más en la final del Conde de Godó 2016. Su último encontronazo, sin embargo, fue a parar a manos del tenista de Shimane, quien se marchó de Río con una medalla de bronce a costa de un Nadal que ‘se tuvo que conformar’ con el oro en dobles. Ni tan mal.

Montecarlo, ese lugar que ya no guarda ningún secreto para Nadal y que está a punto de volver a caer en sus redes. Doce finales, diez títulos y la oportunidad de ser el primer jugador en ganar once veces un mismo trofeo. Más tiempo ha tardado Nishikori en darse cuenta que el Principado es un certamen que se adapta perfectamente a sus condiciones, por eso siempre nos resultó extraño que no se dejara caer en más ocasiones por aquí. Primer participación, tercera ronda en 2012; segunda participación, directo a la final. Parece que todo está diseñado para ver un nuevo triunfo del pupilo de Carlos Moyá, algo que firmaríamos al 100% si antes no hubiéramos visto al de Shimane darle guerra sobre una pista de arcilla.



Hay que admitirlo, si Nishikori tiene un día brillante es capaz de poner en problemas no solo a Rafa, a cualquiera. La pregunta es, ¿estará preparado para volver a lucir como antaño? Ocupando ahora mismo el puesto número 36 del ranking, el japonés arrancó el curso compitiendo en torneos Challenger para subir su grado de confianza, un movimiento que ya empieza a dar sus frutos. Jack Sock, Juan Martín Del Potro, John Isner… la lista de los últimos campeones de Masters 1000 (todos debutantes en la orla) señala que se ha abierto un nuevo camino para la segunda línea, aunque Montecarlo dice que para ganar aquí hace falta algo extra. En tierra batida, a nivel del mar y con Nadal en la final. Suena duro, tanto que solo Novak Djokovic fue capaz de lograrlo. En unas horas ambos jugadores nos sacarán de dudas y sabremos si este domingo será un nuevo día de la marmota o el regreso inesperado de ‘Sorpresa, Sorpresa’.

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