Keys descoloca a Garbiñe

La tenista estadounidense supera por tercera ocasión a la hispano-venezolana y acaba con su racha de nueve victorias consecutivas.

La racha de nueve triunfos consecutivos de Garbiñe Muguruza llegó a su fin en la madrugada del domingo en Stanford después de caer derrotada en semifinales ante su bestia negra, Madison Keys (6-3, 6-2). No hay manera de que la hispano-venezolana pueda con la jugadora de Illinois, hoy tampoco sería la primera vez. Después de una bonita marca de imbatibilidad, la pupila de Sam Sumyk vuelve a la realidad y ya trabaja con la cabeza puesta en su próximo torneo: Toronto.

A Gabiñe Muguruza hay una cosa que le molesta seriamente en pista, un prototipo de jugadora ante la que odia jugar, esa que tira más fuerte que ella y arriesga en más ocasiones. Esa jugadora podría tener nombres y apellidos propios: Madison Keys. Una mujer que le había ganado en los dos enfrentamientos previos (Cincinnati 2012 y Roma 2016), independientemente de que el duelo se produjese en cemento o en tierra batida. Es Keys una oponente incómoda, desde luego, adjetivo que se torna en agónica si se levanta con el pie derecho y está especialmente acertada.

¡Si es que le entra todo!”, expresaba Nacho Calvo en Teledeporte después de que la jugadora de Rock Island cerrara la primera manga por 6-3. Aquel era el segundo set que perdía Muguruza en sus diez últimos partidos. El otro se lo había arrancado Angelique Kerber en los octavos de Wimbledon, pero hoy era otra historia. Sí es cierto que los primeros exámenes en Stanford los había resueltos con sendas palizas (ante Day y Konjuh), pero hoy la prueba aumentaba de nivel y, de momento, empezaba con un interrogante que no pintaba bien.



Raro fue al descanso ver cómo quien bajaba a pista era la entrenadora de la jugadora que se había llevado la manga y no de su oponente. Lindsay Davenport descendía hasta los bancos para decirle una cosa muy clara a su pupila: “Sigue haciendo exactamente lo mismo que estás haciendo”. Algo que hubiera sido tan sencillo de expresar con un gesto, la ex número 1 del mundo prefirió comunicárselo a la cara, para transmitirle toda su confianza a la actual número 21 del mundo.

Los dos primeros juegos de la reanudación mostraron confusión con una ruptura para cada una, pero la situación iba a demostrar que Madison tenía una ventaja mental clara desde el inicio y que por nada del mundo iba a dejar escapar el billete hacia su primera final del curso. Con su potencia y su carácter fue ganando terreno poco a poco hasta cerrar un nuevo triunfo ante la caraqueña. Mañana Stanford tendrá una campeona local en su duelo con Coco Vandeweghe, ya tienen mucho que celebrar.

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