Andy quiere mucho más

Andy Murray sigue sin pasar apuros, cruzando a los cuartos de final del US Open tras arrasar al búlgaro Dimitrov en tres parciales (61 62 62)

Alejandro Arroyo | 6 Sep 2016 | 03.26
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En Puntodebreak encontrarás toda la actualidad y noticias de tenis, así como fotos de tenistas e información de los torneos ATP y WTA como los Grand Slam y Copa Davis.
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Andy Murray continúa actualizando su propio nivel, recuperando las mejores sensaciones personales y brillando en cada sesión nocturna de este US Open. El británico, de nuevo con aires de estrella por encima del juego, aniquiló a Grigor Dimitrov para plantarse en la antepenúltima ronda del US Open. Por lo evidente -el marcador- y por lo imaginado -lo que viene mostrando su nivel- el partido, prometedor en su previa, se consumió entre asombros del público. Quizás no hubo mucho que contar.

Como idea más destacable y a la postre definitiva, el escocés dejó muy atrás las dudas ofrecidas -errores y apatía- ante Lorenzi, recuperando para la ocasión una versión actualmente inabordable para jugadores como el búlgaro. Partiendo de esta premisa, una sola dirección tomó la noche. Cualquier plan que intentó elaborar Dimitrov quedaba desbaratado antes incluso de ser exitoso al primer intento. Un 15-40 en el juego de apertura fue lo más cerca que estuvo el de Haskovo de intimidar.

Desde ahí, Murray creando o Murray desesperando. Desde atrás, golpe a golpe e intercambio a intercambio, la diferencia resultó excesiva. Grigor se invertía, llegaba a las esquinas esforzado, variaba alturas. Todo en vano. La consistencia de Andy en los tiros de transición era siempre superior -lo es bajo cualquier contexto ante el búlgaro- y como añadido, a la hora de pasar al ataque o contener un tiro ofensivo de Dimitrov, el punto tenía siempre el mismo fin. Por no omitirlo: el resto de Murray sobre el saque de Grigor, otro partido paralelo con el mismo vencedor. Un abuso.

Con 6-1, Grigor intentó variar. Lo venía haciendo con el cortado, sin efecto en el partido, para pasar a hacerlo en sentido vertical. Derechas paralelas con posterior subida y Andy intuyendo todo. El análisis, más que nada, se tornaba muy sencillo. Murray lo devuelve todo, y lo hace con una calidad impresionante. Si además no baja la intensidad y denota en su mirada las ganas de demostrar, no contemporizar y mantener el nivel físico, el asunto roza por momentos el pudor.

Sin reacción posible, Dimitrov claudicó definitivamente con la segunda rotura del tercer parcial. No fue su culpa caer tan fácil, a pesar de mostrar muchísima resignación. Su juego no es compatible con lo que Murray es capaz de hacer en una pista en estos momentos. Su nivel sólo puede ser cuestionado por jugadores realmente superiores, y de esos hay muy pocos. El británico, a tres partidos de cumplir buena parte de los pronósticos en Nueva York.