¿Perdedores con suerte, o con la cara muy dura?

ESCÁNDALO: Marinko Matosevic se pudo dejar perder en la qualy de Toronto para ayudar a Kokkinakis a entrar al cuadro principal

Fernando Arribas | 4 Aug 2014 | 11.44
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En Puntodebreak encontrarás toda la actualidad y noticias de tenis, así como fotos de tenistas e información de los torneos ATP y WTA como los Grand Slam y Copa Davis.
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Cada semana, en cada torneo, un buen número de jugadores compite en la fase previa por ganarse un puesto en el cuadro principal. Si, finalmente, alguno de los tenistas preclasificados no participa en el evento, su plaza caerá en manos del llamado lucky loser, el perdedor afortunado, si lo traducimos a nuestro idioma.

Con las apreturas del calendario, los viajes y los cambios de superficie, las lesiones en el tenis están a la orden del día. Es bastante habitual que, a última hora, algún jugador tenga que dejar su lugar a otro, proveniente de la fase previa.

Esto quiere decir que, de los perdedores de la última ronda clasificatoria, el que tenga mejor ranking pasará directamente al cuadro principal. Y esta circunstancia, tan lógica a priori, está dando lugar a una serie de actitudes bastante lamentables y, por qué no decirlo, sospechosas, por parte de algunos tenistas que llegan a ese último partido de calificación sabiendo que, ganen o pierdan, van a tener premio.

Porque se puede dar el caso (de hecho, se da a menudo) de que antes de saltar a la cancha, ya sepan que tal o cuál compañero no va a poder participar por una lesión de última hora, como pasó ayer en Toronto, al conocerse que una lesión en su pie derecho iba a impedir al japonés Kei Nishikori ser de la partida en el Masters 1000 canadiense.

Con la noticia calentita, recién salida del horno, los australianos Marinko Matosevic y Thanasi Kokkinakis saltaron a la pista dispuestos a competir por el honor de acceder al main draw de tan importante torneo. ¿He dicho competir? Huy, perdón, ha sido un lapsus…

La cosa transcurrió más o menos así: set igualado, en que ambos compatriotas mantienen su saque sin mayores problemas hasta que, en el tie break, el joven Kokkinakis adquiere una ventaja de 6-1. Matosevic, famoso por excentricidades como tirarle las botellitas a Nadal o celebrar una victoria haciendo la croqueta sobre la arcilla de Roland Garros, decide dar un golpe sobre la mesa y dejar claro quién es el mejor. Remontada épica para hacerse con el primer set y, acto seguido, retirarse aduciendo…. ¿qué problemas físicos? Pues los sabrá él, porque hoy jugará contra Guillermo García López en primera ronda, como si tal cosa.

¿Un favorcillo a su joven paisano? Seguramente. Pero, ojo, que se puede ir mucho más allá. Sin ánimo de acusar a nadie y moviéndome en el terreno de la especulación; arenas movedizas, lo sé…. La cuota de Kokkinakis en las casas de apuestas había descendido, en la hora previa al inicio del encuentro, desde 3.40 a 2.37, cayendo aún más con el partido ya comenzado.

Una gran cantidad de dinero entró en favor del no favorito en cuestión de minutos. Alguien sabía lo que iba a pasar. ¿Quién, o quiénes? Eso ya queda a la imaginación de cada cuál…

Esto no es nuevo, ni muchísimo menos. No hace ni quince días que una de las grandes promesas del tenis holandés de los últimos años,Thiemo de Bakker, se retiraba de la última ronda de la qualy del torneo de Atlanta tras ganar el primer set en el tie break al canadiense Steven Diez. Curiosamente, ambos entraban como lucky losers; el duelo se repetiría un día después con victoria aplastante para el holandés por 6-1 6-2. Ni rastro de la lesión que le había obligado a retirarse tan solo unas horas antes.

¿Cómo se pagaba que Diez ganase a de Bakker tras haber perdido el primer set? Mejor no entramos ahí ¿verdad? Pero muy bien, ya os digo yo que se pagaba realmente bien.

Elucubraciones variadas aparte, mientras nadie haga nada, mientras los organismos competentes hagan la vista gorda ante este tipo de casos, el mamoneo no hará otra cosa que ir a más. Ya ni siquiera se molestan en perder dignamente, ahora se retiran sin pudor alguno para volver a jugar unas horas más tarde, como si nada hubiese pasado. ¿Hasta dónde vamos a llegar?

Al menos, los Grand Slam están a salvo de estos chanchullos. Allí, se sortean las plazas entre los cuatro perdedores de última ronda con mayor ranking.​