Caroline Wozniacki: campeona por eliminación
Na Li justifica la falta de regularidad en el circuito WTA por la diferencia de sexos

2011 está siendo un año de confirmaciones pero no de las que nos gustarían. Se confirma que el circuito WTA está pasando por una crisis que cada vez aleja más al público del tenis femenino y cuya representación máxima es la reina del circuito: Caroline Wozniacki.
En una página web canadiense aparecía este verano el siguiente anuncio:
"Se busca: una, aunque sería preferible dos, jugadoras de tenis dominantes y consistentes. Alguien que pueda soportar ser el centro de atención (sólo por un par de horas unas pocas semanas), que aguante gritos agudos o gemidos, y que sea capaz de ganar al menos un título de Grand Slam al año. Por favor, interesadas preguntar en la Asociación de Tenis Femenino (WTA)".
De una manera jocosa se resumían en cuatro líneas las carencias del tenis femenino actual: no hay personalidad, no hay regulidaridad y falta juego.
Las cuatro campeonas de Grand Slams diferentes que ha habido este año ya nos han decepcionado y eso que ni siquiera hemos acabado el año aún. Una de ellas, Na Li, tiene su propia teoría para justificar sus malos resultados tras ganar Roland Garros en el mes de junio. Según la jugadora china, "Hoy en día las jugadoras fluctúan en sus actuaciones notablemente, lo cual es atribuible a la diferencia entre los dos géneros. Las tenistas no son tan duras como los tenistas, ellas necesitan algo de tiempo para re-ajustarse a sí mismas después de una gran victoria en un gran evento".
Curiosos argumentos los de Li cuando Steffi Graf, Chris Evert o Martina Navratilova, todas mujeres, se ríen de los 16 títulos de Grand Slam de Roger Federer, el varón que más grandes ha conseguido en la Era Open. Según Li, o bien los hombres de ahora son mucho más "duros" o las mujeres se han vuelto unas flojas.
Li no es la única en atribuir las deficiencias del circuito de tenis femenino a la diferencia de género, aunque los hay que utilizan justificaciones bastante más convincentes que las de la china. El McGill Daily publicaba hace un par de días un interesante artículo de Olivia Lifman en el que señalaba que, pese a la igualdad de ganancias y patrocinios en ambos circuitos, a la hora de jugar, el tenis masculino y femenino de hoy en día es muy diferente.
Mientras que en el circuito ATP el triunvirato Djokovic-Nadal-Federer, con sus diferentes estilos de juego y sus rivalidades, atrae cada vez a más público y sitúa al tenis masculino en uno de los niveles más altos de su historia, el tenis femenino "busca jugadoras dominantes y consistentes".Mientras ellos se han repartido el número uno de los últimos ocho años, en el circuito femenino han habido ocho números uno diferentes desde 2004.
Lifman cita a Byron Weinberg, un entrenador de tenis canadiense que suele hacer de compañero de entrenamiento en la Rogers Cup, tanto de los chicos como de las chicas. Weinberg justifica la diferencia en el tenis masculino y femenino no por cuestiones genéticas sino por cuestiones técnicas. En el circuito WTA predominan los golpes planos, sin dejar apenas espacio entre la bola y la red y donde no caben los errores; los puntos, como podemos ver en este intercambio entre Vera Zvonareva y Caroline Wozniacki, se ganan ya no por los errores del contrario sino por su agotamiento.
Tal y como reza el título del vídeo, por eso Caroline Wozniacki es número uno. La danesa es de las que más aguanta pero también por eso no gana Grand Slams: en un torneo donde, no todas, pero si muchas de sus oponentes aguantan casi tanto como ella, acaba desgastándose.
Incluso en los entrenamientos, tal y como indica Weinberg, hay diferencias. Los hombres, que en general intentan no darle tanta velocidad a la pelota para que esa potencia no se vuelva en su contra, en los calentamientos golpean con menos velocidad y con más efecto, para que les de tiempo a llegar a la bola y "hacerse" con ella. Las mujeres, hasta en los calentamientos, tiran plano al fondo de la pista y listo.
Siempre ha habido mujeres "cañoneras" pero es indiscutible que el juego de ahora carece de la variedad que ha habido en el pasado. Cogemos prestadas unas imágenes de una experta, Steffi Graf, para ilustrar cómo se jugaba antes. Fijémonos dónde juegan algunos puntos las jugadoras que aparecen en el vídeo, incluso en tierra batida.
¡Juegan desde el medio de la pista! Algo practicamente impensable hoy en día en un circuito que apenas se acuerda de sacar bien.
Evidentemente, siempre hay excepciones pero aún hay que encontrarlas. Por el momento, el circuito WTA está reinado por una jugadora que no ha ganado ningún Grand Slam y que ha conseguido 10 de los 18 títulos de su carrera en 2010, aprovechando en muchas ocasiones las ausencias de otras jugadoras. Las tenistas tienen agendas cada vez más ligeras, suponemos que para "reajustarse después de una victoria importante" pero aún así parecen incapaces de hacer dos buenos resultados seguidos. Con Caroline Wozniacki, que acaba de perder en Tokio ante la nº43 del mundo Kaia Kanepi, la expresión "no tiene rival" adopta un matiz diferente: literalmente no tiene rival.
En el circuito WTA las jugadoras suben y bajan en el ránking como la espuma, el número uno es una posición rotativa para la que no es necesario ganar ni un sólo Grand Slam, se juegan los torneos justos donde se da todo y, si hay suerte y la jugadora no se rompe, se gana. El tenis femenino no sólo no es lo que era, es que ni siquiera suena igual. Y no nos referimos a los gritos.