Christina Mchale es la chavala más joven del top 300 de Estados Unidos después de Sloane Stephens. Tiene 18 años, es 136 del mundo, integró el equipo de Copa Federación y barrió a Nadia Petrova (15 en el ranking) en la primer ronda de Cincinnati 2010. Esta promesa todavía no ha "explotado", aunque de seguir así podría convertirse en la próxima sensación del tenis norteamericano.
Fanática de las hermanas Williams y de Andy Roddick, pero no tan patriota como para olvidarse de Rafa Nadal. El mejor del mundo inspira a Mchale, que con apenas 18 años ya ha logrado ganar un partido de Grand Slam. Fue en el US Open 2009 cuando derrotó en sets consecutivos a Polona Hercog; después no le importó perder con Maria Sharapova, porque ya estaba ahí. "Jugar este torneo, especialmente contra Sharapova, es increíble, no se puede describir, y lo recordaré para siempre". Sensaciones para guardar en el baúl del tenis miniatura, ese que guarda jóvenes promesas que algún día serán tapa de Time, Newsweek y Life. En Puntodebreak ya es noticia.
Nacida en el seno de una familia sin relación con el tenis, Mchale comenzó a raquetear en Hong Kong cuando...¿en Hong Kong? Sí, así es. Sucedió que su padre, asesor financiero, se tuvo que ir de New Jersey para el "Puerto Fragante" por una cuestión laboral. Con él viajó toda la familia, incluso la pequeña Christina de tres años. Curiosamente, nuestra homenajeada también dedicaba sus horas a la natación, aunque, según narran la WTA en su biografía, terminó decidiéndose por la volea y el cemento. Que el agua corra, pero desde el cuerpo para afuera.
Al comienzo del nuevo milenio la familia Mchale ya estaba de vuelta en suelo americano. La tenista de Englewood Cliffs comenzó a perfilarse como tenista profesional, pero sin dejar a un lado los estudios. Con apenas 15 años dejó su hogar y se fue para Boca Ratón, Florida, para entrenar en el exigente centro de la USTA. Cuna de grandes glorias y sede del US Open, su torneo favorito. Con el paso del tiempo se fue haciendo famosa en el circuito Junior, donde alcanzó dos finales en 2007 y 2009. Pero fue en 2006 cuando se graduó en el Upper School, obteniendo así el título que la habilitará a ingresar a la universidad. Pero sigamos con el tenis.
"Sobre gustos no hay nada escrito", reza una vieja frase que se suele decir para bloquear un prematuro juicio de valor. O algo así. El hecho es que Mchale se siente muy cómoda sobre el cemento y las superficies rápidas, aunque la capitana de la Copa Federación no titubea cuando tiene que hablar de su performance sobre tierra batida. "Christina es buena en arcilla. Es perseverante, ha mejorado mucho desde la última vez que la vi... Me gusta su forma de trabajar y competir", había expresado Mary Joe Fernandez cuando su joven promesa no era ni top 200.
Hoy, muy cerca del top 100 (ha estado más cerca en octubre), la enérgica diestra se prepara de cara a un nuevo año de competencia. Sabe que en el circuito, y en su pais en particular, hay muchas chavalas que cada día mejoran su rendimiento, por lo que deberá esforzarse el doble para pelear entre las mejores. Ya demostró en julio de 2010, durante el Kennedy Funding Invitational Tournament, que para ganarle a los fenómenos no se necesitan brujerías. Melanie Oudin, cuarta raqueta de Estados Unidos, y Victoria Azarenka, 10 del mundo, sucumbieron ante su veloz saque y su potente volea. Y más allá de que aún no haya logrado resultados destacables, Mchale ya tiene en su cuenta bancaria casi 200 mil dólares. ¿Cuándo pensáis que llegará al millón?
Joven Promesa - Christina Mchale: futuro a la vista