Sólido y sin fisuras. Así se mostró nuevamente Tomas Berdych sobre la tierra batida de Lyon. Desprovisto del morbo de las grandes ocasiones, el bueno de Tomas sigue construyendo una carrera espectacular a base de regularidad. No es nada sencillo conseguirlo, pero mantenerse entre los mejores tenistas durante tanto tiempo y sumar finales, hace que el tenista checo sea toda una estrella de nuestro tenis. Hoy, su víctima fue el canadiense Milos Raonic que sucumbió por 7-6 (5) y 7-6 (2) en una hora y 52 minutos. El rival de Berdych en la final será el francés Jo-Wilfried Tsonga.
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