Carlos Alcaraz no entiende de jerarquías, ni tampoco de favoritismos. El actual defensor del título está a un partido de volver a levantar el trofeo dorado, pero en frente tendrá, otra vez, a Novak Djokovic. El siete veces campeón de Wimbledon quiere igualar a Roger Federer, a pesar de su operación de menisco de hace un mes y de su tensa relación con el público de la Pista Central. Mientras tanto, Carlitos se centra en su tenis, que le ha acompañado en gran parte de estas dos semanas, y en evitar al máximo las desconexiones.
Da igual el recorrido de ambos en este Wimbledon, atrás quedan los bajones del español y los piques del serbio con la grada. El domingo se juega una final de Grand Slam, la número 4 para Alcaraz, la número 37 para Djokovic. Y sobre esta diferencia habló el de El Palmar, en unas declaraciones recogidas por diario AS. “Djokovic sabe mucho mejor que yo lo que es jugar una final de Wimbledon, lo que es jugar una final de Grand Slam. Él está muchísimo más preparado en ese sentido que yo”, asegura el defensor del título.
Sin embargo, si por algo se caracteriza Alcaraz es por su descaro y por su capacidad de poder ganar a cualquiera que se le ponga en frente, por mucho que al otro lado de la red se encuentre un ganador de 24 Grand Slams: “Yo creo en mí mismo, creo en el nivel al que estoy jugando, creo que voy a ganar. Eso está en mi cabeza. Obviamente, hasta el domingo son días en los que voy a tener nervios, eso es lógico. Pero yo sé lo que es estar en esta posición”, confiesa el murciano que, con 21 años, ya conoce esa sensación de jugar un partido grande: “Sé cómo tengo que lidiar con todo lo que va a pasar hasta el momento de la final. Sé lo que tengo que hacer”.
- Misma final, contexto diferente
A pesar de que se repita la final del año pasado, ambos llegan en distintas condiciones y en contextos diferentes. Por parte del español, es flamante campeón de Roland Garros donde dio toda una lección de superación y resiliencia, después de una gira de tierra batida condicionada por su maltrecho antebrazo derecho. Mientras que el serbio está firmando una de sus temporadas más irregulares sin contar todavía con ningún título y siendo esta su primera final del año. A lo que se suma su rotura de menisco sufrida hace un mes en París y de la que ya está, o parece, completamente recuperado.
Todos estos condicionantes hacen a Carlitos más favorito, pero él no sé fía: “Con el tema de la rodilla de Djokovic, a lo mejor me ven favorito. Por cómo está jugando, por las declaraciones. Pero si está en una final es porque físicamente, tenísticamente está a un nivel muy alto. Y no me considero favorito. En una final yo ya no veo favoritos”, opina el número tres del mundo.
De poco o nada importa lo ocurrido anteriormente, ni los enfrentamientos previos ni los resultados y sensaciones del año. Pero Carlitos muestra, con cada torneo que pasa, que está preparado para cualquier batalla, y la final del domingo lo será: “Simplemente, vamos a ver quién juega mejor ese partido, quién lidia mejor con las situaciones. Y yo creo que estoy capacitado para hacer lo mejor que pueda”, sentencia un Alcaraz que está a un solo partido de conseguir su segundo Wimbledon y su cuarto Grand Slam con 21 años.