
Sentado en la recepción del Sporting Club de Tenis de Valencia, una ráfaga de aire casi me tira las gafas al suelo. El impulso viene provocado por una centella que recorre la sala de punta a punta con una raqueta en la mano, como si la estuviera persiguiendo, o fuera ella la que persigue. Esa centella se llama Seone Méndez (Sidney, 1999) y el motivo de su carrera no puede ser más urgente: o se presenta en la pista central en dos minutos o se queda fuera del torneo. Una historia increíble que todavía guarda algún capítulo extra.
Australiana de nacimiento pero argentina de corazón, la #343 del ranking hace horas que quedó eliminada en la fase previa del BBVA Open Internacional de Valencia 2024, pero un contratiempo de ultima hora le abre la puerta como lucky loser. Una vez en pista, esa adrenalina le lleva a liderar el marcador por 6-1, hasta que la lluvia detiene el partido hasta el día siguiente. Sin embargo, la meteorología tampoco acompaña al día siguiente, por lo que Seone no cierra ese partido de primera ronda hasta este miércoles (6-1, 7-5). Tras una carambola de este calibre, se sienta con Punto de Break para explicaros bien la historia.
¿Tu victoria más importante del año?
La verdad es que sí, llevaba tres meses lesionada, casi desde principio de temporada, así que no había jugado prácticamente nada. Me encanta jugar en casa, actualmente estoy viviendo en Cullera, así que para mí es algo muy importante disputar aquí un torneo WTA.
Y perdiendo en la fase previa.
Ese partido lo perdí hace cuatro días, en la última ronda de Qualy, pero jugué bastante mal, esa es la verdad. Luego me llamaron porque entraba como lucky loser, así que a jugar sin ninguna expectativa.
Después de perder en la previa, ¿no desconectas de cabeza?
Por mucho que sepas que tienes alguna opción de jugar, tu mente lo que piensa es que estás fuera. Hay una mínima posibilidad, pero en tu cabeza estás fuera del torneo.

Hasta que te suena el móvil y… sorpresa.
Me avisaron en el último momento, porque la chica que estaba en la pista se lesionó justo en el calentamiento, así que me avisaron 20 minutos antes del partido, literal. Me pilló por aquí por la zona, pero tuve que entrar a la pista sin entrenar ni calentar, nada de nada. Fue justo en el momento.
Tengo que contarte que yo estaba en la entrada del club y de repente te vi ‘volar’ hacia la pista en la hora crítica, ibas como una liebre.
(Risas). Es que me avisaron en el último momento, me dijeron que tenía que estar aquí a las 17:30, así que solo podía correr con un par de raquetas en la mano y a jugar. La verdad es que afronté ese partido muy tranquila.
Tan tranquila que te pusiste 6-1 de salida.
Solo pudimos jugar un set, hasta que paramos por lluvia. Dos horas después volvimos a entrar, pero de nuevo la lluvia y la pista nos hizo parar. Ayer no pudimos jugar. Hoy casi no jugamos, porque al final también empezó a llover. Así es la vida, así es el tenis.
Cuando se suspende el partido con 6-1, ¿a quién favorece?
(Piensa) Difícil responderte a esta pregunta.
¿Dormiste tranquila esa noche?
El partido todavía no había terminado, así que no podía parar de pensar en eso. Hasta que vuelves a meterte en la pista no desconectas. Luego puede que tu rival empiece a jugar bien y tengas que ganar un set… o que tengas que jugar un tercer parcial. Hoy cuando entré a jugar lo encaré como si fuera el principio del partido.
¿Qué es lo más difícil de ser tenista?
La parte mental, es muy difícil aceptar que cada semana vas a peder. Solo hay un ganador cada semana, así que siempre estás perdiendo, intentando ganar confianza pese a ello.
He visto que tienes una historia curiosa en cuanto a tus orígenes.
Nací en Australia, pero nos vinimos a Valencia cuando yo tenía 10 años. Mis padres son argentinos, pero vinimos aquí por mi tenis y porque mi hermano también jugaba a fútbol, ahora está jugando en Suecia. Pensando en la competición, lo ideal es estar instalado en Europa.

¿Por qué elegiste jugar por Australia?
¡Porque tienen un Grand Slam! (risas)
¿Eso significa ayudas?
Claro.
¿Te siguen ayudando?
A veces, al principio de mi carrera sí. Ahora no tanto.
¿Solo ayudan a los mejores?
Solo a los que están top100.
Por carácter, ¿qué país te representa más?
Me siento más sudamericana, más argentina. Las australianas son un poco más calladitas y yo estoy medio loca (risas).
Y siempre al lado de tu papá, figura imprescindible.
Siempre, él fue mi entrenador desde niña, siempre ha estado y siempre va a estar. Él fue futbolista, nunca jugó al tenis, aprendió viendo vídeos en Youtube, además de viajando conmigo.

¿No te planteas contratar un técnico?
Hoy en día es muy difícil encontrar un entrenador que quiera lo mejor para ti y no para él mismo. Además, es muy caro tener a un entrenador que esté contigo todas las semanas. Con mi padre sé que quiere lo mejor para mí, que hará cualquier cosa para ayudarme. A veces intenté sumar un entrenador, incluso salió bien, pero resultaba muy caro. En el momento que empiezas a perder partidos ya no ganas dinero, ahí ya no puedes pagar.
Ahora estás fuera del top300, ¿se gana dinero?
El problema es que vengo de estar tres meses fuera, ahí no gané nada, así que ahora toca empezar de cero y jugar torneos más pequeños. Una vez llegas al top250 es cuando empiezas a ganar dinero, antes es más complicado. Cuando entras en las Qualys de los Grand Slam empiezas a ganar dinero.
¿Y cómo te mantienes?
Jugando equipos, en Alemania, Francia o Italia. Ahí pagan bastante bien, depende del ranking que tengas.
¿Cuál ha sido la mayor barrera que has tenido para evolucionar?
Las lesiones, sin duda. Cuando estuve #198 me lesioné de la espalda en Wimbledon, desde entonces bajé mucho el rendimiento, estuve cinco meses fuera, así que mi ranking se fue al #290. El año pasado jugué bastante bien, pero a principios de 2024 me lesioné de nuevo cuando defendía muchos puntos, esta vez en la muñeca.
¿Y estando sana?
Quizá el aspecto mental, es difícil estar ahí en los momentos importantes, competir tranquila en esos instantes.
Pero tú eres una guerrera, te creces en la adversidad.
Sí, pero a veces también me vuelvo loca y se puede ir todo a la mie*** (risas).

¿Qué metas te marcas?
Mi objetivo de toda la vida es llegar al top100, aunque de niña soñaba con ser top10. Ahora mismo mi sueño es meterme entre las cien mejores, me encantaría terminar esta temporada con un ranking que me permita disputar las Qualys de los Grand Slams.
¿Ves imposible llegar a ser top10?
No es imposible, lo que quiero es ganar dinero y tener algo para mi futuro. Ese es mi pensamiento, así que firmo ser top100.