Había muchas cosas en juego y todas acabaron en el zurrón de Caroline Garcia. Con un ejercicio imperial con el servicio (11 aces) y una estabilidad de máximo rango (ninguna bola de break entregada en toda la final), la francesa se impuso a Aryna Sabalenka en las WTA Finals (7-6, 6-4) para ganar el mayor trofeo de su carrera, el de maestra, cogiendo el testigo que dejó Amelie Mauresmo en 2005. Si había una manera de cerrar su temporada, no había ninguna mejor que esta, amarrando su cuarto trofeo del año en su cuarta final. Un pleno en todo los sentidos.
Arrancaba el último partido del año del calendario WTA y, por supuesto, lo hacía con sorpresa. Sorpresa entre comillas, ya que en el circuito femenino lo normal es que suceda lo contrario a lo que se espera, excepto cuando Iga Swiatek se adueña de la escena. Aquí se le esperaba a la polaca, también a Maria Sakkari, las dos jugadoras que superaron la fase de grupos invictas. Pues bien, ninguna de las dos consiguió sobrevivir a la jornada de ayer, entregando sus billetes a dos mujeres que iniciaron el curso con las peores sensaciones posibles. Once meses después, un triunfo las separaba de la mayor conquista de su carrera. Dicho esto, vamos al lío.
El primer set, amigos. Vean el primer set para disfrutar de un nivel escandaloso por parte de ambas. Dos mujeres seguras, contundentes, agresivas, pero con tremendo talento también para contraatacar cuando la situación lo pide. Brillantes desde la línea de saque, no nos dejaron presenciar ni una sola de break en 56 minutos de trayecto, obligadas a romper el marcador en un tiebreak que iba a ser dramático. Allí se activaron las neuronas, haciendo pensar demasiado a la bielorrusa, que cometió una doble falta cuando no tocaba para darle aire a su rival. Ese desempate valía el primer set, aunque realmente valía algo más.
Aryna no se tomó bien ese tropiezo, así que decidió irse al vestuario a resetear. Mientras tanto, la francesa se quedaba en pista practicando unos cuantos saques, manteniendo la temperatura corporal. Y no le vino mal, ya que lo primero que hizo en el inicio del segundo set fue romperle el servicio a Sabalenka. Eran las primeras bolas de break de todo el partido, suficiente para que Caroline subiera otra marcha y se colgara el cartel de favorita al título. Por si acaso, seguía sacando como una auténtica jefa para mantener a su rival lejos del premio. Por un lado veíamos a una jugadora cada vez más concentrada, casi acariciando el trofeo, nada que ver con el humo que empezaba a salirle de las orejas a una Aryna que ya viajaba a contrarreloj.
UN SEMESTRE ESPECTACULAR
No se le podía escapar el título a Caroline, no después de haber sumado 37 victorias en los últimos cinco meses. ¿Saben cuántos partidos ganó en los cinco primeros meses? Tan solo siete. ¿Saben con qué ranking arrancó la temporada? Número 74 del mundo. Una locura inesperada que nos ha devuelto a una tenistas maravillosa, completa, trabajadora, alguien que cerrará el curso en el top4 del ranking WTA. Dejando a un lado a Swiatek, nadie ha sido mejor que la francesa en la segunda parte del 2022. Su título de maestra, un hito histórico para corroborarlo.