Thomaz Bellucci quedó señalado de por vida tras dar positivo por dopaje después del US Open de 2017, sanción que le obligó a quedarse fuera del tablero hasta febrero de esta temporada. Un golpe que afectaría hasta a la mente más dura. En momentos complicados, nada mejor que juntarte con los tuyos. En este caso, fue su compañero André Sa (retirado desde el último ATP de Sao Paulo) quien decidió ponerse al frente de la nave. De hecho, fue justo con Thomaz con quien disputó sus dos últimos torneos en el tour. Sin embargo, ni siquiera su buena sintonía fue capaz de devolver la alegría al núcleo y hoy, estando Bellucci lejos de los 250 primeros, una entrevista con el medio local Saque y Volea nos revela los motivos de su ruptura.
“Es difícil decir un solo motivo”, arranca el de 41 años. “Obviamente, lo principal fueron los resultados. Hubo muchos cambios en nuestras vidas en los últimos meses. De hecho, apenas una semana después de empezar a trabajar juntos, salió el caso del dopaje. Hemos estado un año juntos, pero en realidad fueron seis meses debido a esta sanción. Él había decidido irse a Estados Unidos y desde allí arrancó la temporada, perdiendo un montón de partidos que debía de haber ganado. A partir de ahí fue perdiendo confianza continuamente”, reconoce uno de los hombres que mejor le conoce.
Ellos fueron los elegidos para representar a Brasil como pareja en Río 2016, pero esa buena energía no significaba que se tradujese a esta nueva etapa. “El deporte individual es así, es muy difícil. Thomaz es un tipo extremadamente profesional, extremadamente responsable, tanto que al final se complicó todo el trabajo. Los resultados no venían, fue perdiendo confianza, sintiéndose cada vez más lejos del objetivo… pero sobre todo los resultados, eso le afectaba mucho. No tuvo la paciencia de esperar. Yo siempre le dije que si continuaba haciendo eso, al final todo llegaría, estaba seguro de que llegaría”, recuerda el de Belo Horizonte. Pero no salió.
“Fuera de la cancha la gente está súper bien, durante los entrenamientos la gente está súper bien, durante el partido la gente está súper bien… entonces, ¿qué es lo que falla? Cerrar el juego. Algo exclusivamente del jugador. Es él quien está ahí abajo jugando, un momento en el que el entrenador tiene las manos atadas”, insiste Sá, quien también se encarga actualmente de las relaciones del consejo ATP con sus jugadores.
Balance de 28-24 para Bellucci esta temporada, aunque solo una de esas victorias en el circuito ATP. “Cambiamos el patrón de la raqueta, de 18x20 a 16x18, con la idea de generar más efecto y hacer menos fuerza. Sentía que él se cansaba mucho por la técnica de su golpe, el tener un grip tan girado le estaba dejando sin aliento, se cansaba por eso y no era fluido. Le propuse el cambio para que le ayudase tanto con el saque como en la derecha, incluso cambió de calzado, lo más personal del mundo para un tenista. Pero no conseguimos el efecto que buscábamos”, subraya el brasileño.
Un momento delicado donde la crisis aprieta y donde Sá prefirió quedarse fuera a seguir sufriendo. “Es el peor momento para un tenista profesional, este tipo de jugador cuando va a jugar Challengers es para ganarlos. Él jugaba mucho más que el resto de jugadores del cuadro, pero los resultados no venían. El problema deportivo pasó a ser mental, emocional. Yo le quiero demasiado , por eso tenía que salir de aquí, a estas alturas ya debería de estar 100 o 70 del mundo. No podía ver ese nivel de ansiedad a la hora de cerrar un juego. Todavía le sigue pasando”, concluye.