
Roger Federer no se anda con medias tintas. A los 34 años, con dos hijos y 18 temporadas como profesional al más alto nivel, el suizo tiene una meta muy sencilla de entender cada que hace acto de presencia en un torneo: ganar. Es la ambición del que no ganó nunca nada en el hombre que posee diecisiete títulos de Grand Slam. Incansable. Esta tarde en las ATP World Tour Finals se verá de nuevo las caras con Novak Djokovic y una única meta se vislumbra en su cabeza. “He venido a Londres a ganar el título”
“Me he enfrentado varias veces con Novak este año y creo que he jugado bastante bien, así que espero hacerlo bien este domingo. Es un jugador difícil de batir, pero el hecho que la final sea al mejor de tres sets y no de cinco es algo que me ayuda", afirma el de Basilea quien disputó siete encuentros este año ante el serbio y salió vencedor en tres de ellos. Eso sí, todos fueron en pista dura, en partidos a tres mangas y sin ceder un solo set.
“No cambia si nos enfrentamos en primera ronda, segunda ronda, hace cinco días o en la final. Un partido contra Novak es siempre complicado. Además, está el prestigio en juego. Los dos hemos venido a Londres a ganar el título y estoy deseando que llegue la hora del encuentro", acompaña el seis veces campeón del torneo de Maestros. Y es que de esos siete duelos que han tenido este curso, seis de ellos fueron en una final, siendo el único diferente el duelo que tuvieron aquí en Londres hace unos días en la fase Round Robin.
Por suerte, esta vez el público no se quedará con cara de sorpresa mientras uno de los finalistas sale a pista con un micrófono anunciando que, debido a unas molestias en su espalda, no podrá disputar el partido por el título. "Me siento bien, un poco mejor que el año pasado (risas). Estoy contento de ver cómo ha ido la semana y con ganas de que llegue ya la final", asiente el número tres del mundo, sabiendo que si vence este domingo pasará, aunque podría ser solamente durante una semana, a ser el número dos de nuevo.
Respecto al partido de Wawrinka, Roger quiso dejar una impresión diferente en comparación con las jornadas previas. “Hoy ante Stan jugado al ataque y me ha ido bien, aunque tenía la impresión de que la pista estaba un poco más rápida que en los partidos anteriores. Decidí jugar con servicio y la volea, me funcionó y así seguí”, concluyó el de Basilea.