La rusa Maria Sharapova se clasificó para la final del Open de Australia después de destrozar a su compatriota Ekaterina Makarova por 6-3 y 6-2. La número 2 del mundo jugó un partido perfecto desde el punto de vista táctico y usó sus armas para desarbolar a una Makarova que no sabía cómo contrarrestar las bombas que le tiraba la número 2 del mundo desde el otro lado de la pista. Maria ya espera rival del partido entre Madison Keys y Serena Williams.
Makarova se presentaba en este encuentro con un 0-5 en contra en el head to head ante Sharapova y un sólo set a su favor, y eso que a Maria no le suelen venir muy bien las zurdas como ella. Por contra, Masha tenía un extra de motivación para este encuentro y es que si accedía a la final y Serena caía a continuación ante Keys, si lograba el título en Melbourne, volvería a ser número 1 del mundo. Mezcla de nervios y por el gran viento que se levantó, el partido comenzó con muchos errores por parte de ambas y con un juego que llegó a durar casi 10 minutos donde Maria tuvo que salvar dos bolas de break para ponerse por delante en el marcador.
El partido libraba una dura y larga batalla entre ambas. Las dos no dudaban en pegarle tan duro como podían intentando llevar la iniciativa del punto sobre la otra. Un combate cuerpo a cuerpo. Era Maria la que golpeaba primero, logrando break y poniéndose incluso con bola para 4-0, pero Makarova se rehizo y tras varios golpes letales conseguía poner el marcador en 4-3 mientras en el reloj marcaba ya 40 minutos de partido. Esto prometía ser largo.
Porque aquí hablamos de algo que se lleva dentro. Y aunque Makarova tirase largo y potente, Sharapova no tenía intención ninguna de tirarse para detrás bajo ningún concepto. Va en su ADN. La número 10 del mundo lo intentó, pero cuanto más duro golpeaba la pelota, aún más fuerte le venía desde el otro lado de la pista. Sharapova, con varios winners increíbles, lograba volver a romper el servicio a Ekaterina para cerrar el primer set a su favor con su saque. El primero que perdía la número 10 del mundo en todo el torneo.
Makarova se fue al vestuario intentando encontrar algo de inspiración para el segundo set, pero el problema no residía en ella, que no estaba jugando mal, sino en que Sharapova hoy estaba desplegando un tenis genial. Un nuevo break nada más comenzar el set, ponía todo sobre ruedas para Maria. Ekaterina negaba con la cabeza y es que por mucho que lo intentaba, la pelota siempre volvía y cuando tiraba el winner, solía írsele fuera. Ahí radicaba la diferencia, y es que ocurría lo contrario cuando los tiraba Maria, que casi triplicaba en winners a su rival mientras que en errores no forzados iban más o menos a la par.
Sharapova seguía a lo suyo, logrando winners de todas clases mientras que conforme iban pasando los minutos, Makarova iba confiando menos en poder hacer algo aquí viendo el nivel hoy de Masha y se le veía cabizbaja entre punto y punto. Otro nuevo break en el tercer juego dejaba el partido medio sentenciado y tan sólo quedaba esperar ya lo inevitable. Un par de juegos después, y tras hora y media de encuentro, Maria sellaba su pase a la final de Melbourne, la cuarta en su carrera.
Victoria muy contundente de Sharapova que deja claro que está muy fuerte y que su rival del próximo sábado tendrá que tirar de espada y escudo para intentar hacer frente al poder atacante de la rusa. Madison Keys es la única que puede evitar una final en Melbourne entre las dos mejores raquetas del circuito femenino.