Safina, el fénix que no vuela

Pasó del número 1 al abismo

Vicente Vila | 10 Mar 2011 | 09.37
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En Puntodebreak encontrarás toda la actualidad y noticias de tenis, así como fotos de tenistas e información de los torneos ATP y WTA como los Grand Slam y Copa Davis.
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Los encargados del torneo de Miami han depositado su confianza en Dinara Safina y le han dado una wild card para que vuelva a mostrar el tenis que le llevó al número uno de la clasificación. Actualmente es la 108 del mundo, pero quiere renacer.

El año pasado ya no acudió al torneo norteamericano por unas molestias en la espalda que la apartaron de varios torneos y de la posibilidad de mantenerse en la clasificación en una posición digna de ella.

En abril de 2009 fue la número 1 del mundo. Aguantó 25 semanas en esa posición, pero terminó el año como número 2 de la clasificación femenina del tenis. Desde entonces, su caída fue imparable y si acabó el año pasado como la 62 del mundo, ahora ya está por debajo de las cien primeras.

La derrota por 6-0 y 6-0 en el Open de Australia ante Kim Clijsters fue la gota que colmó el vaso en su carrera. Bajó hasta la posición 118 y se convirtió en la primera tenista, desde el comienzo de la Era Open, que había ostentado el número 1 y perdía por un doble 6-0 en un Grand Slam.

Durante toda su carrera ganaba dos de cada tres partidos, pero en 2011 lleva una victoria y cuatro derrotas. El balance de ganancias económicas este año es paupérrimo para ella: 40.000 dólares

El caso de la rusa es curioso. Nunca ha ganado un Grand Slam, aunque ha llegado a tres finales de los torneos grandes. Ana Ivanovic, Serena Williams y Svetlana Kuznetsova se interpusieron en su camino hacia el olimpo de las elegidas.

El caso de Safina es similar al de Caroline Wozniacki, aunque con ciertas distancias. La danesa nunca ha ganado un grande pero ha llegado al número 1 de la WTA. En su caso, la segunda parte de la historia todavía no se ha cumplido.

Desde entonces, nada. Su última victoria en un campeonato individual, la que hacía 12 en su carrera, llegó en julio de 2009, en el torneo de Portoroz, donde venció a Sara Errani. El año anterior había vivido su mejor temporada, con cuatro victorias en cuatro torneos.

La retirada de su hermano Marat Safin en 2009 supuso la pérdida de un referente para la rusa. Los dos se convirtieron en la primera pareja de hermanos que llegaron al número 1. La calidad de ambos era muy destacable, se apoyaban mutuamente. La salida del circuito ATP del tenista surgido de una escuela valenciana, con el que compartía en ocasiones entrenamientos y le ejercía de guía, no ayudó a la recuperación de Safina.

El año 2010 fue una temporada aciaga para la rusa. Los cuartos de final de Sydney, Stuttgart, New Haven y Seúl fueron su barrera. Para el US Open ya era la 50 del ranking, Con 13 victorias y 16 derrotas, el balance del año fue muy pobre para la rusa. En ocho torneos cayó a la primera, y en tres pasó únicamente una ronda.

2011 ya ha visto los primeros atisbos de un cambio de tendencia en la carrera de la rusa, que ya no cae puestos y puestos en la clasificación. La noticia de su wild card se une al triunfo en el dobles de Kuala Lumpur, formando pareja con la rusa Galina Voskobóyeva. Sin embargo, en individuales todavía le falta ganar un poco de confianza ya que sólo ha ganado un partido en lo que va de año.

Para la remontada, la rusa diseñó cambios en su carrera deportiva. El principal: el cambio de entrenador. El italiano Davide Sanguinetti sustituye desde el pasado mes de febrero a su ex técnico, Gastón Etlis. Este cambio puede antojarse clave para el resurgir de la estrella del hielo.

El italiano es un ex tenista que llegó a ocupar el puesto 42 de la clasificación de dobles, muy por encima de la capacidad del argentino Etlis, que sólo pudo ser el 114 del mundo. Etlis le duró pocos meses, ya que comenzó su labor a final del año pasado y tras las tres derrotas iniciales del año (todas a las primeras de cambio), decidió dejarlo y contratar a Sanguinetti.

Para salir del pozo, Safina debe centrarse en su tenis, olvidarse de todo lo que ha vivido últimamente y así intentar recuperar la confianza perdida. Una derrota como la de Australia, por un doble 6-0, duele mucho, sobre todo a tenistas de su altura. Por ello quizá le cueste levantarse, pero tiene juego para conseguirlo.