Murray se lleva el duelo de renacidos

El escocés remonta a Wawrinka en Amberes y conquista el 46º título de su carrera. Empezó el año anunciando su retirada y lo termina vestido de campeón.

Fernando Murciego | 20 Oct 2019 | 18.50
twitter tiktok instagram instagram Comentarios
En Puntodebreak encontrarás toda la actualidad y noticias de tenis, así como fotos de tenistas e información de los torneos ATP y WTA como los Grand Slam y Copa Davis.
En Puntodebreak encontrarás toda la actualidad y noticias de tenis, así como fotos de tenistas e información de los torneos ATP y WTA como los Grand Slam y Copa Davis.

Streaming ATP Paris en directo
🎾 Grigor Dimitrov vs Daniil Medvedev
  1. Entra aquí y regístrate en Bet365
  2. Haz tu primer depósito de mínimo 5 €
  3. Entra en la sección «Directo» y ve todos los partidos
Ver partido en Bet365

En una de las finales más emotivas de la temporada, dos hombres chocaban en el ATP 250 de Amberes en busca de un título como bálsamo a tanto sufrimiento. Eran dos viejos conocidos, Andy Murray y Stan Wawrinka, dos múltiples campeones de Grand Slam que, tras muchas circunstancias (la mayoría de ellas negativas), navegaban sin un rumbo claro desde hacía más de dos años. El premio, como siempre en este deporte, solo podía ser para uno... y fue Murray quien se lo llevó (3-6, 6-4, 6-4), aunque la sensación es que los dos salieron ganadores de la cubierta belga, dejando atrás una gran actuación que les sirva para el futuro.

Se suponía que era un partido de celebración al ver a dos leyendas en pista volviendo a pelear por un título, pero eso no quitaba el dolor de entender el escenario. Amberes, un ATP 250, era el lugar donde habían quedado reducidas las opciones de Andy y Stan para ser campeones de nuevo. Era extraño teniendo en cuenta que estos dos se han maltratado en las mejores plazas del circuito, pero por algo se empieza. La emoción de ver a uno de los dos sonreír con un trofeo en las manos era suficiente para que se convirtiera en el mejor plan de este fin de semana. Seguro que nunca antes en sus carreras habrían guardado tantas ganas de conquistar un trono de categoría tan baja.

Eso era la teoría, la parte más emocional, ahora faltaba por ver cómo reaccionaban los agentes dentro del terreno de juego. Fue Wawrinka quien más enchufado salió, con break de salida y una fiereza que apenas le dejó respirar a Murray en los juegos de inicio. El de Dunblane, que venía de sufrir ante perfiles menores como Humbert o Copil, se dio cuenta rápidamente de cómo se había multiplicado el nivel de dificultad. Quizá demasiado para alguien que todavía está en el camino correcto, pero lejos de la meta. La meta no son títulos, de eso ya habrá tiempo para pensar. La meta para Andy es volver a verse competitivo ante los mejores jugadores del mundo, y hoy había uno al otro lado de la red.

No el mejor Wawrinka, tampoco hay que exagerar, pero sí una versión más eléctrica de lo habitual, capaz de cerrar los puntos en pocos golpes. Así lo hizo en el primer set, anotando un 6-3 donde apenas sufrió con su servicio, y de nuevo apretando en el segundo con otra ruptura de inicio. El número 243º del ranking (hay que subrayarlo) sufría mucho con su saque, el golpe que más falta le hace mejorar según sus propias palabras. En otra gira hubiera podido sobrevivir sin su mejor servicio, pero en indoor se hace una herramienta casi imprescindible. De repente, cuando el marcaodor casi le empujaba a recoger la medalla de plata, en el 3-1 se abrió una pequeña puerta para el doble campeón de Wimbledon. Era el momento, ahora o nunca.

Necesitó verse contra las cuerdas para sacar su carácter, para empezar a quejarse por cada bola, para sumar tres juegos de manera consecutiva y demostrar que todavía estaba en el partido. Del 3-1 al 3-4. Era un golpe sobre la mesa, una reacción a tiempo, pero aquello no aseguraba nada, ni siquiera un tercer set. Lo que pasa es que alguien que ha sufrido tanto, estos momentos calientes ya los mira con otro prisma, los enfoca con la madurez perfecta para no dejarlos escapar. Le costó mucho entrar al partido, pero cuando vio la oportunidad no se quedó atrás. Murray sellaba el 4-6 con muchísimo drama y mandaba el combate al último asalto.

Llegados a este punto, ambos sintieron en su piel los nervios de estar cerca y a la vez tan lejos del objetivo. Ninguno quería perder y eso se transformó en dudas. De los seis primeros juegos del tercer set, cuatro fueron breaks. Es decir, que ganaría al que menos le temblase la mano. Ese fue Andy, más maduro, más estable, quizá más necesitado de un triunfo como éste. Empezó el año anunciando su retirada y lo acaba sentado en el trono de campeón. El tenis puede ser maravilloso, como la vida.