Kafelnikov, un campeón modelado por sus entrenadores

El ex número 1 del mundo fue introducido en el Hall of Fame de 2019, donde fue reconocido y valorado por los técnicos más importantes de su carrera.

Fernando Murciego | 21 Jul 2019 | 14.22
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En Puntodebreak encontrarás toda la actualidad y noticias de tenis, así como fotos de tenistas e información de los torneos ATP y WTA como los Grand Slam y Copa Davis.
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“Sé lo difícil que es y lo que significa ser miembro de Hall of Fame. Definitivamente, asumiré esta responsabilidad para el resto de mis días”. Estas fueron las palabras de Yevgeny Kafelnikov durante el día de ayer en Newport tras ser introducido en el célebre Salón de la Fama que cada año atrae tantas miradas. Esta vez le tocó al ruso, quien compartió escenario con otras dos grandes leyendas: Mary Pierce y Li Na. El de Sohi llevaba años tocando a la puerta del evento teniendo en cuenta todos los logros que amarró en su carrera. Eso sí, nada de eso hubiera sido posible sin la ayuda de sus entrenadores.

“Básicamente, fue como un segundo padre para mí”, manifestó el ruso en su speech haciendo referencia a Anatoly Lepeshin, su primer entrenador en el circuito. “Me enseñó cómo competir, cómo comportarme dentro de la cancha y cómo ser un buen profesional. Desde las 06:00 de la mañana que me despertaba ya estaba cuidándome, haciéndome tortitas de jamón y queso, esa es nuestra historia. El éxito que tuve siendo tan joven le pertenece, desde que gané por primera vez Roland Garros en 1996. Él nunca dejó ningún cabo por atar, entrenábamos durante cinco y seis horas al día, así que no le puedo estar más agradecido”, señala en declaraciones recogidas por ATP.

Con Lepeshin se bautizó ganando Roland Garros en 1996, pero la explosión total no llegaría hasta la llegada de Larry Stefanki a su box: campeón del Open de Australia 1999, número 1 del mundo y medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Sydney. “Tuvimos un proceso de pensamiento muy similar acerca de cómo competir en el más alto nivel”, asegura el propio Stefanki. “Yevgeny aprendió a jugar al tenis al estilo de la vieja escuela, definitivamente era una caballo ganador. Al principio aprendió la importancia de los fundamentos, el juego de pies, la repetición, el buen estado físico y la ética de trabajo necesaria que le brindaría un gran éxito en la gira. Desde el principio tuvo la mentalidad de un gran campeón, la creencia en sí mismo de que terminaría impulsándose hasta la cima”, recuerda el hombre por el que también pasaron jugadores como Mcenroe, Ríos o Roddick.

Para llegar tan arriba hay que tener mucha humildad, y para tener mucha humildad hay que saber de dónde venimos. No olvidar tus orígenes, es decir, a aquellas personas que te ayudaron antes de que arrancase esta aventura. En el caso de Kafelnikov, esta figura tiene nombre y apellidos: Valery Shiskin, su primer entrenador. “Los jóvenes cuando tienen 9 o 10 años ya intentan imitar a sus ídolos. En mi caso, cuando tenía 9 años, lo que hacía era tratar de entender qué es lo que debería tener, ¿un revés a una mano o a dos manos? Entonces apareció Valery y me dijo: ‘Mira, Yevgeny, no sé lo que estás pensando, pero tu revés a dos manos es el que te hará ganar títulos’. Desde ese momento dejé de jugar el revés a una mano, el revés a dos manos se convirtió en mi tiro preferido, especialmente cuando la ponía en la línea”, aseguró con emoción el campeón de 26 títulos ATP.

Así es Kafelnikov, un tipo que se hizo querer mucho y que hoy todavía sigue recogiendo los frutos del cariño y del trabajo. “Yevgeny es un individuo muy generoso, donó todas sus ganancias del año 2001 a las víctimas del desastre aéreo de Siberia, en el Mar Negro”, amplía Stefanki. “Él comenzó con un hospital pediátrico en su ciudad natal, donde los niños no podían pagarse las cirugías. Luego continuó con una academia fuera de Sochi, el lugar donde comenzó a dar sus primeros pasos como profesional”, subraye el técnico. Ejemplos de humanidad que reflejan que nada en la vida es casualidad. Quien es un número 1, lo es en todas las facetas.