Tennis Australia está realizando un trabajo ímprobo en su afán por contetar a todos los implicados en un gran evento como el Open de Australia 2021, cuyo retraso en la fecha de arranque tres semanas ha generado una serie de consecuencias de gran calado a nivel económico para la organización. Y es que los 40$ millones que tendrá que afrontar la organización de Craig Tiley para costear los vuelos chárter y las cuarentenas de jugadores y acompañantes han supuesto un gasto extra que se ha visto atenuado por las ayudas del Gobierno de Victoria.
Sin embargo, cuando todo parecía casi resuelto, Nine, empresa que ostenta los derechos de retransmisión televisiva del torneo, está exigiendo con ahínco que le hagan un descuento en su tarifa al considerar que el retraso supone un incumplimiento del contrato y alegando que se altera su programación estipulada para esas fechas. Había un acuerdo de 300$ millones entre 2018 y 2022, tal y como indica TheAge, pero este año Tennis Australia ingresará menos, lo cual no hará sino enfatizar la inquietante situación económica que tienen si finalmente no se pudiera jugar con cierta cantidad de público en las gradas.