"Sinner tiene hambre, lo puedes ver en sus ojos"
Darren Cahill, entrenador del italiano, habla de su personalidad y destaca la pasión y las ganas que tiene por triunfar.


Jannik Sinner ha vivido una temporada de descubrimientos, sobre su juego y la realidad del circuito ATP; de cierta consistencia, puesto que parece preparado para acabar por primera vez entre los ocho mejores del año, y de éxitos que marcan una carrera a la que aún le quedan muchos capítulos. ¿Tiene el hambre necesario para triunfar?
Si hay alguien que tiene clara la respuesta es uno de sus dos principales entrenadores, una figura indispensable para entender la evolución de Jannik Sinner como jugador. Darren Cahill ha acompañado en el camino a algunas de las mayores leyendas de la historia de este deporte, por lo que el potencial que piensa que el de San Candido posee está fuera de toda duda. Sí, Sinner tiene el hambre necesario para triunfar, y, a pesar de su juventud, un horizonte tremendamente ilusionante se dibuja en el camino del italiano. El australiano, hablando con la ATP, no tiene ninguna duda de ello.
"No hay ningún tipo de agenda falsa con respecto a su forma de ser. Es apasionado. Se divierte, no tiene miedo de sonreír, es un poco bromista. Tiene ese hambre dentro de él, se lo puedes ver y notar en sus ojos. Sé que le llaman 'el zorro', pero tiene un pequeño tigre en el estómago. Lo desea desesperadamente". Así de contundente es Darren a la hora de referirse a su pupilo, al que en ocasiones se le ha criticado por no ser lo suficientemente 'devorador' dentro de la pista, por, en cierto modo, carecer de ese 'instinto de killer' que otros de sus coetáneos (Carlos Alcaraz, Holger Rune) sí han mostrado al enfrentar a algunos de los mejores jugadores del planeta.
De lo que no hay ninguna duda es del crecimiento que Sinner ha experimentado de la mano de Cahill. El australiano, junto a Simone Vagnozzi, ha elevado el tenis del italiano a otro nivel, moldeando a Jannik en un tenista mucho más agresivo y proactivo que el que era bajo la tutela de Riccardo Piatti. Tras en torno a año y medio de asociación, el propio Sinner no tiene problemas a la hora de definir por qué este tándem funciona tan bien. "Siempre busco rodearme de gente que sean grandes amigos, pero también quiero que sean muy honestos conmigo", un pensamiento que Darren secunda sin dudar. "Si tienes honestidad y sinceridad en la relación jugador y entrenador, esa relación va a ser muchísimo mejor, a pesar de que la verdad puede doler un poco en algunas ocasiones. Ese es el tipo de relación que siempre buscas", señala el oceánico.
MESES CON MUCHOS RETOS POR DELANTE
Sinner finalizó la temporada de Grand Slams con una sensación, quizás, agridulce. El italiano superó una pequeña barrera personal al mejorar su mejor resultado en un Grand Slam, alcanzando por vez primera las semifinales en Wimbledon, pero salió con una sensación amarga del resto de Majors, sin partidos que queden en el recuerdo del espectador y extrayendo sensaciones muy claras con respecto a su desempeño en duelos a cinco mangas (Australia, París y Nueva York le vieron despedirse en un partido largo que se acabó marchando al set decisivo, engordando una estadística muy negativa que dice muchas cosas acerca de su preparación física). Quizás sea ese uno de los principales puntos de mejora del italiano en la pretemporada, un reto más una vez finalice un 2023 en el que aún puede tener grandes objetivos en el horizonte, tales como la gira asiática (que disputará por primera vez) y, sobre todo, las ATP Finals (que jugará en casa por segunda vez, pero la primera, casi con total seguridad, en la que aparecerá entre los ocho primeros y no comparecerá como suplente).